Bienvenidos al Punto Omega

Por fin! Me puse a mirar en las estadísticas, porque me da mucha curiosidad, qué palabras busca la gente que llega acá. Y por primera vez veo que llega gente buscando «teoría del punto omega», «stephen hawking punto omega», «punto omega cosmología»etc etc. No sé si será la misma persona, si es una persona que se lo recomendó a otras personas, o si mágicamente empezó a entrar un montón de gente. En fin. Creo que es un buen momento para aclarar algunas cosas.

No me voy a poner ahora a explicar qué es la teoría del punto omega. Por ahí otro día, y no a «explicar», porque tampoco puedo decir que la comprendo hasta el más mínimo detalle matemático. Pero tampoco importa tanto. Por otro lado, quiero decir que no soy «fanático» de la teoría. Hace algunos años me enteré que existía, leí. No tengo la aptitud como para decir si es plausible o no, y muchas persona autorizadas le dieron bastante duro, diciendo que no está bien articulada ni es factible. Y es probable, pero a mí me gustó el hilo de pensamiento. Me gustó la idea, me parece una idea original. No así la manía de unir ciencia y religión, pero hay varios conceptos que me parecen muy buenos, razonamientos que, correctos o incorrectos, me parecen muy buenos porque creo que son realmente muy originales.

También quiero aclarar que este blog, en definitiva, no se trata sobre la teoría, ni nada por el estilo. Para nada. Le robé el nombre, entre comillas, porque bueno, por muchos motivos, ahora no tengo ganas de explicar. Me gustó mucho la idea, como dije antes. Como puse en algún post, siempre me llamaron la atención los procesos, cómo se llega del principio al fin, de alfa a omega. Hay cosas en la teoría del punto omega, y en el principio antrópico que son muy provocativas, aunque algunas siento que se enfrentan un poco con cosas como la evolución (que, a la hora de elegir, hoy por hoy si hay que contrastar me quedo con esta última). Por ahí más adelante voy a escribir al respecto. Más que por ahí, seguramente.

Últimamente estuvo muy disperso este blog en cuanto a la temática corresponde. Pero está bien, porque hay circunstancias muy grandes que atraviesan lo cotideano y que no puedo no-escribir lo que pienso. Y a veces escribo sobre boludeces, y también me parece bien. Igual, creo que este es uno de los pocos blogs autocríticos que hay dando vueltas, porque realmente acepto que algunos de mis posts son una bosta (pero no voy a decir cuales, como diría la Jelinek «lo dejo a tu criterio»). Tampoco quiero que se queden con la idea de que este es, al final, un blog de cosmología. La cosmología es una más de las cosas que me interesan. Me interesan muchas, y tengo para escribir sobre muchas cosas. De hecho, cosmología es una de las cosas sobre las que con menos autoridad puedo escribir. Apenas si lo hago como «divulgador», no estoy capacitado para inventar nada nuevo. Tampoco voy a decir que fue una coincidencia que hayan aparecido tantos posts sobre «lo mismo» (no es exáctamente lo mismo, pero bueno), porque la verdad es que hay un cuidado a la hora de escribir los posts y en qué orden, para que haya un sentimiento de cohesión y darle una estructura orgánica al blog, y que no sea un rejunte de copy paste de las cosas que pienso.

Bueno, por ahora no tengo mucho más para escribir. O sí, pero no las ganas. Hasta la próxima.

Catarsis alpedística

Qué bodrio. Probablemente ya me esté poniendo reiterativo, pero como a nadie parece molestarle, voy a seguir en modo catársis. Qué mal que me ponen las elecciones del domingo. Realmente, muy mal. Yo no he participado en muchas elecciones, pero todos, incluso los de 70+ parecen estar de acuerdo en que estas elecciones son de lo más difíciles. Véalo como quiera, ya sea porque no hay opción o porque hay demasiada opción. Está bravo, realmente no hay ningún tipo de consuelo para mí a la hora de salir del cuarto oscuro. Vote lo que vote, realmente no me va a dejar satisfecho. No solo siento que mi voto no cuenta para nada, sino que votando con convicción, sin convicción, o lo que sea, nada cambia. No estoy diciendo nada nuevo, nada que ni siquiera no haya dicho antes.

Vi los debates de los candidatos a senador, y también el cierre de campaña, ambos por el programa de pseudo-debate de Batman y Robin (alias Silvestre y Bonelli, o Bonneli, o whatever). Melkonian creo que se llevó el premio a lo más patético (¿me pueden hacer juicio por eso? ¿aunque aclare que es solamente una opinión personal?). Guiñando el ojito, hablándole «al vecino», diciendo que «va a estar bueno Buenos Aires», porque van a seguir el cambio que empezaron con «Mauricio y Gabriela». Ese discurso cadorna que apela a la complicidad del «vecino», es tan triste… además, sabe este hombre que está postulado al senado de la Nación? o sea, no es una cuestión de que va a estar bueno o no Buenos Aires. En fin.

Lo más divertido fue que después en TVR vi un pedazo de un programa viejo de Lanata en donde el gordo lo increpaba a Melkonian para que justifique los 2.5 millones de pesos (algo así) que tenía en la declaración jurada, y el tipo estaba nervioso y decía «quedate tranquilo que está todo bien», y cosas así, y que no quería hablar en público; totalmente impresentable.

Después, ayer vi el de los presidentes. Qué se yo. Para empezar, fueron casi todos en persona, pero a Kristina le grabaron la presentación antes y duró, por lo menos, el doble que la de los otros candidatos. Mal por Batman y Robin. Qué se yo. Nadie convence, me parece. Creo que lo mejor a nivel «revelación» fue lo de la Carrió: «Yo soy una republicana con desición peronista». O sea. WTF?

No sé, quería quejarme de más cosas, pero me distraje con la tele. Quiero decir, además, que Sofovich me cae mal. Aunque quede descolgado. Iba a escribir al respecto pero ahora me voy a poner a hacer otra cosa. Es un statement no más.

As BlahBlahBlah as it gets

Buenas. Creo que se viene un lindo BlahBlahBlah. Como que tengo cosas para decir, pero no sé bien cuales, otras son demasiado largas, y no tengo tantas ganas de pensar hoy, pero tengo ganas de escribir. ¿Qué puede salir de eso? Bueno, qué se yo.
Por un lado, me tienen mal, queridos lectores. Me tienen oscilando entre la alegría y la depresión casi, hay días que entran muchos («muchos» para los humildes standards de este blog pedorcho) y otros que entran demasiado pocos. Me molesta que llegue gente que escribe en el google «GENTE QUE COJEN CON DROGA». Me molesta porque siento que escribo cosas que están medianamente buenas y solamente lo lee cualquier boludo. La cantidad de gente que ya llegó porque buscaba temas de los Simpsons es impresionante. Y bueno, qué le vamos a hacer.
El otro día en la tele vi en un programa (no me acuerdo cual, si me acordara lo diría, siempre cito las fuentes) donde iban a un acto de Kristina y le preguntaban a la gente que había ido por qué había ido. Era el típico aparato peronista execrable, bombo en mano, chori en mano. Era un acto por el 17 de octubre, y les preguntaban por qué estaban ahí, y si sabían qué había pasado el 17 de octubre.
Respuestas de todo calibre, lo más triste es que TODOS los entrevistados (igual hay que tener en cuenta que probablemente estuvo editado así el programa, seguro que había gente que la tenía clara) decían que estaban o porque los habían llevado en micro, o porque querían choripanes, o porque querían el «chupi» (o sea, señoras y señores no argentinos, querían tomar vino). Entonces lo que se entendía era que iban con micros a algunas localidades, reclutaban gente y se la llevaban al acto, donde les daban vino y algo para comer. Entonces van los que quieren dar discursos (en este caso Kristina) y dan un discurso super pomposo mientras la gente abajo aplaude y toca los bombos y gritan, y Kristina se emociona y saluda y se muestra triunfante. Pero, ella (y no solo ella eh, hablo de este caso en particular porque es justo el que ví) sabe que la gente ahí está paga, está al pedo, no entiendo la mitad de lo que dice, entonces, ¿no le resulta super triste a ella también (digo «también» porque para empezar a mí me parece tristísimo). ¿Reamente hay que creer que todo es por una cuestión de marketing y llenan los actos con gente simplemente para que uno mire en la tele y diga «oh cuanto apoyo que tiene …. -inserte nombre X de candidato-«? ¿Es simplemente por eso? Y todos saben que es así, y es totalmente perverso, los llevan por el pancho y por la coca, los tienen ahí, seguramente a algunos los llevaran utilizando el miedo, miedo a no cobrar algo, miedo a perder ese vínculo clientelista que los mantiene, etc etc. Qué desastre. Qué vergüenza. Qué al pedo, y cómo me rompe soberanamente las pelotas, lo hacen porque la gente realmente no termina de expresar su disgusto por esa forma de hacer política. Es increíble.
La nota de color, que no sé si es graciosa o todavía más triste fueron las respuestas a qué se conmemoraba esa fecha.
Los highlights fueron cosas como «Es el día de la raza». «Fue un día que pasó algo importante», cosas así, pero el highlight por excelencia, lejos el mejor de todos fue «Fue el cumpleaños de 15 de Evita». O sea, primero me reí media hora, y después me puse mal otra media hora más.
¿Cómo educar al que no quiere ser educado? Y no quiere porque no lo educaron. ¿O sea que hay que educar a la fuerza hasta llegar a cierto umbral en el cual entonces ya «piden» educación? No sé, muy naif por ahí verlo así, no sé. ¿Qué tiene que ver con lo anterior? Para mí tiene todo que ver.
Probablemente no le importe a nadie, pero quiero expresar mi disgusto de saber por antemano que voy a vivir gobernado por Sciolli y Kristina. ¡Sciolli! (o como se escriba) ¡Oh my fucking God!. Ah! Hablando de eso probablemente la próxima vez escriba algo sobre «Dios». Lo escribo acá porque sino después me olvido, cuando vuelva a ver esto me voy a acordar. De hecho estoy como tentadísimo de sentarme a escribir eso ahora mismo, pero no sé, creo que no tengo tantas ganas.
Me molesta mucho que nunca dejen un fucking comentario. Hay cada blog pedorro donde dejan comentarios pedorros, no pedorros, interesantes, y demás, que no entiendo qué tiene de malo este!. ¿Qué llorón que soy no?. En fin.
Otra cosa sobre la que quiero hablar es sobre evolución vs diseño inteligente. Tengo ganas de pegarle duro a todas esas «teorías» del orto (si, hoy tengo ganas de ser mal hablado, o hablado como soy en la vida cotidiana, mejor dicho) que me rompen soberanísisisisísimamente las pelotas cada vez que algún zapallo las defiende. No sé qué me molestan más, los que las defienden por convicción, o los que las defienden por boludos. O por ahí ambos en igual medida. Lo tengo que pensar.
Bueno, nada más por acá, sean felices si pueden, y si no, supongo que se joden.

In the mood

Tengo otras cosas para hacer que escribir esto, pero bueno. Estoy escribiendo esto. Dilemas, dilemas, dilemas y más dilemas. ¿Qué es exactamente un dilema? No sé, pero lo intuyo, y creo que de alguna manera la definición es bastante intuitiva, y también intuyo que tratar de definirlo precisamente mataría la ¿magia? de la existencia de los dilemas ya que en realidad los dilemas no son tal cosa (es mi manera de verlo).Dentro de poco, hay elecciones en Argentina. Para presidente, para gobernador en algunas provincias, parlamentarias y demás. Creo que en mi «Me quiero quejar» dejé claro que me parece realmente que todo esto es una farsa. Ahora, ¿cual sería mi forma de expresar esto? ¿No votando, o votando en blanco? Pero de nuevo, eso sería funcional a permitir que terminen ganando «los malos». Entonces, primer problema: ¿Participo de esto que considero una farsa digitada, asquerosa e irrelevante, o no lo hago y permito que se termine determinando el futuro próximo-mediato sin obligarme a participar? (como si mi participación tuviera alguna influencia, ¿no?). En un sistema ideal, la democracia permite de alguna manera que todas las voces se escuchen, en menor o mayor medida. En la práctica es la dictadura del partido mayoritario (esta frase no es de elaboración propia), y el partido mayoritario probablemente ni siquiera responde a su «plataforma», sino a intereses personales e intereses aun mayores de la gente detrás del poder.

OK. Supongamos que vamos y votamos. ¿Votamos con convicción, o con estrategia? Con convicción probablemente termine votando a algún partido con cero chances de ganar. Por el otro lado, votando con «estrategia», la idea es ver a quien se logra colocar en el ballotage. ¿Lo ideal es meter a alguien en el ballotage o dejarle los votos a Cristina? ¿Cuál es el mal menor? ¿Lo ideal es que gane Cristina o cualquier representante de la ultra derecha que ahora parece estar tan atomizada como la izquierda pero que cuando las papas quemen en la segunda vuelta probablemente se alinien todos juntos? ¿Es incluso mejor pensar en votar directamente a Cristina porque cualquiera de los otros sería mucho peor, por lo tanto mejor que gane en primera vuelta? ¿No es un asco tener que pensar en estos términos? Votar significa perpetuar este sistema ultra-corrupto y falso en el cual de alguna manera validamos y legitimamos lo que se le cante hacer a la clase dirigente. Legitimamos algo que ni siquiera tiene plataforma política para que no haga nada de lo que prometen en campaña. Y lo hacemos a conciencia.

¿Y no votar? ¿Si la mal llamada democracia (porque esto en lo que estamos viviendo, de «gobierno del pueblo» no tiene nada) es una bosta, entonces mejor que vengan los militares? Obvio que no. Never again. ¿Y entonces? No sé.

¿Y por qué ganan los que ganan? ¿Por qué somos el pueblo que somos? ¿Realmente tenemos los gobiernos que nos merecemos? Hete aquí una gran cuestión. Y acá llega otro dilema. Imagínese que, de repente, alguien tuviera la solución. Alguien viera las cosas con claridad. Alguien tuviera claro que lo que hay que hacer fuera tal o cual cosa. Lo que en su momento fue la devaluación, o lo que sea (convengamos que la devaluación fue una medida bastante impopular). Ahora, imagínese que las medidas necesarias para sacar a la Argentina adelante, en el mediano a largo plazo, fueran totalmente impopulares en el corto plazo. Ahora, ¿qué debería hacer ese mandatario? Porque acá está el problema: En la espiral en la cual declina la educación de la población, se terminan planteando estos problemas. Sí, hay que seguir la voluntad del pueblo, ¿pero qué pasa si la voluntad está equivocada? Y acá usted puede decirme «¿Quién sos vos para decir si está equivocada o no?» Y acá le pido que simplemente me acompañe en la idea, yo no opino nada. Lo que digo es, que es posible que la debacle cíclica llegue a un punto tal en el que la mayoría de los habitantes puedan estar en desacuerdo con medidas a tomar para sacar adelante este país. Y en ese caso ¿el gobernante «ilustrado», que tiene la propuesta correcta, debe llevarla a cabo igual, en ese caso siguiendo su convicción de que está acertado a pesar de estar en contra del clamor popular, o debería hacerle caso al pueblo, porque justamente el pueblo es el soberano?. Si un montón de ovejas deciden pastar en un lugar rodeado de lobos (WARNING: se viene un ejemplo malísimo! Pero solo quiero ser gráfico!), no sería ideal que en contra de su voluntad el pastor las saque de ahí? Yo sé que el ejemplo es una mierda, pero es el primero que se me ocurrió, y es una mierda porque no quiero homologar al pueblo con «ovejas» y al gobernante como el «pastor», como una figura casi bíblica y/o mesiánica. Simplemente creo que, si llegara el caso que alguien con ideas claras tomara el timón, no sé si estaría correcto que ponga en práctica esas ideas si no tienen el aval del pueblo.

¿Y cómo se llegó a eso? Creo que a esta altura es claro que no todo el mundo es «recuperable». Sé que por ahí lo que voy a decir suena mal, o por ahí no. Pero no es posible, si de repente hoy decidiéramos educar a todos los habitantes, esperar obtener frutos. Hay generaciones perdidas, porque son descendientes de descendientes de generaciones que nunca tuvieron una oportunidad, marginadas (marginadas por todos, incluso por usted y por mí -aunque sintamos que nuestra culpa es menor-). Creo que el sistema realmente perverso en el que estamos inmersos, el cual necesita gente ignorante para serle funcional, ha cosechado muchos éxitos. Hoy gran parte de la población es controlable. Si usted nace en una villa, tiene 8 hermanos, sus padres tienen 22 años, y ellos también nacieron en una villa, y por ahí los padres de ellos también; y sus padres fuman paco y/o roban y/o cualquier otra desgracia habida y por haber, ¿qué futuro puede pretender?. No lo sé, y me peturba muchísimo, porque realmente quiero creer que puede haber una política de inclusión para esa gente, realmente quiero creer con toda mi convicción que hay algo que se puede hacer, que esa gente no está totalmente «perdida», quiero creer que mientras yo iba al colegio, miraba dibujitos, cenaba con mi familia y jugaba con mis amigos, no se estaba perdiendo de manera definitiva miles de personas para siempre. Y cuando digo «perdiendo», me refiero de manera simbólica y literal.

¿Para lograr una hipotética refundación, una reconstrucción social, hay generaciones que están totalmente perdidas? Y con «perdidas» me refiero a una función social, o sea, ¿realmente no hay un nicho de ningún tipo para esas personas?. ¿Esas personas, son pueblo, verdad? Yo creo que sí. ¿Tienen una voluntad política?¿Tienen la capacidad de ir y votar, sin que: a) o los extorsionen con planes trabajar o b) apliquen política asistencialista o c) los convenzan con un chori (que realmente es degradar su condición humana)? No lo sé! No lo sé y me perturba tanto! Pienso en esa gente (suena medio feo «esa gente» ¿no? como que es gente que no soy yo) y escucho la propuesta de la mayoría de los derechistas fachistas recalcitrantes de siempre con su «hay que aplicar mano dura». «Hay que reprimir». ¿Cómo sería una política de inclusión para ellos que fuera auténtica, genuina, que no se basara en 150$ por mes para dejarlos cuasi-contentos y prometerles el doble así votan a tal o cual candidato, o así van a tal o cual manifestación a romper cosas?. Sobre el tópico del «chico que se sube al colectivo y pide una moneda» he escuchado todas las respuestas posibles. Hay que darle plata, pobresito, así come. No hay que darle plata, porque así uno los pervierte. No hay que darles el pescado, hay que enseñarles a pescar (pero acá de nuevo está el problema del cómo… seamos realistas!!). No le doy plata porque seguro que la plata después se la da al viejo que la usa para comprar alcohol y al pibe lo faja. No le doy plata porque son unos negros de mierda. No le doy plata porque seguro que se hace el pobresito pero es un hijo de puta y si me ve con guita después le hace la seña a otro que me roba.

Si no puede haber consenso con respecto a lo que se debe hacer con una persona, ¿cómo se puede determinar lo que hacer con toda una generación, prácticamente? ¿Sabe qué pienso a veces? Pienso que si un día uno de ellos me roba, estaría bien, porque algo pasó para que yo tuviera esa plata, y el no y por eso me la robe. Pienso que el gobierno, las personas, todos, pero TODOS nos cagamos olímpicamente en sus derechos constitucionales. Derechos básicos como el derecho a aprender y el derecho a alimentarse. Creo que nos cagamos olímpicamente en su derecho a la vida. Y después nos asombramos cuando viene un ladrón y le pega un tiro a alguien y decimos «Estos hijos de puta no respetan la vida!!!». Y claro señora, o usted no se caga, activa o pasivamente, en el derecho a la vida de él también? ¿Qué es violencia? ¿Qué es más violento? La violencia pasiva es más dañina y cala más hondo que un disparo. No sé si estaría escribiendo lo mismo si hubiera perdido un familiar en el medio de un asalto, pero espero hoy tener la claridad mental para seguir pensando igual en el caso que eso pasara. Violencia es no tener un hogar. Violencia es la marginalidad constante. Violencia es que haya un gobierno que se haya olvidado de usted (porque si usted piensa que el gobierno la olvidó porque no puso un semáforo en su esquina, usted realmente no entiende lo que es estar olvidado). Violencia es ver que alguien que nació a dos cuadras de usted tuvo todas las oportunidades y usted no. Violencia es que un día alguien rifó quien nacía con suerte y quien no, y desde el mismísimo momento que a usted le tocó el número de la lista negra, está condenado de acá a su muerte a ser marginal. A estar expuesto a una vida indigna. ¿Eso a usted no le generaría resentimiento? Yo no soy psicólogo, pero me hago una idea de por qué pasa lo que pasa. Esa violencia «pasiva», se hace reactiva, y de repente uno abre el diario y dice «qué barbaridad, subieron los robos», o frases como «claro, los presos somos nosotros, porque nosotros vivimos atrás de las rejas». ¿Usted cree que su calidad de vida es mala por tener que usar rejas? Pruebe llorar por no tener techo, en vez de llorar por usar rejas. Compare.

¿Y de qué sirve ponerlos en prisión? En un mundo ideal, la prisión sirve para rehabilitar al que cometió un delito. Acá estamos super acostumbradísimos a ver la cárcel como un castigo de carácter cuasi-infernal, cuando en realidad no se tendría que ver (y no tendría que ser) así. Si usted manda a alguien que se mandó alguna cagada no muy grave a la cárcel, nuestro sistema penitenciario se va a encargar de devolverle con garantía absoluta, una persona con la mente totalmente hecha mierda. Se sabe que en la cárcel te pegan, te fajan, te fajan los otros presos, te cagan a palos los policías, te cojen, la droga circula igual, etc. Entonces ¿¡¡¡Qué rehabilitación es esa!!!? ¿Por qué sabemos que pasa y no nos calienta? ¿Por qué nos resbala tanto todo? Es una farsa, vivimos en una farsa.

A veces pienso que el mayor logro de los «malos» es habernos hecho capaces de explotar al mango nuestra capacidad de resignación. Yo soy un «quejoso» de primera, y no lo digo como virtud, porque a veces me quejo al pedo, pero creo que la no-resignación, el no-conformismo son el motor más potente para lograr cualquier tipo de cambio. Señor/a, no se resigne, resignarse es vivir una vida al pedo, porque quiere decir que usted llegó a un mundo con reglas ya puestas, y usted se conformó o se resignó a vivir con esas reglas que ya le fueron impuestas de antemano. Y entonces ¿qué rol cumple usted?. La idea tampoco es que le agarre el delirio megalomaníaco e imponga sus propias reglas al resto. No. Y creo que se entiende.

Tampoco se cuan fructífero es el estado de disconformidad permanente cuando no conoce las herramientas capaces para lograr el cambio. Yo por ejemplo, las intuyo. Pero por lo menos hoy por hoy, soy uno más de los que cree que las cosas pueden cambiar pero espera que otro las haga por él. Por ahí por cagón. Por ahí porque pienso (o sé) que no estoy capacitado para lograr un tipo de cambio tan radical. No lo sé. Por ahí porque creo que vuelvo a lo que dije antes, y por ahí yo no tengo que ir a cambiar nada, no tengo que ir a salvar a nadie, porque el pueblo (oh qué dilema… este pueblo que no puede pensar… oh qué dilema bis, ¿Quién soy yo para decir que no puede pensar? -aclaración: no digo que sean todos unos pelotudos y que yo la tenga clara) no se está quejando como cuando el corralito, así que de alguna manera deben estar satisfechos.

Quiero aclarar qué quise decir con «este pueblo no puede pensar». Creo que, así lisa y llanamente, hay que agarrar los libros. Hago una salvedad con la gente que creo que realmente está excluida del sistema, y entonces no le voy a pedir al nene que pide monedas en la calle que lea Marx (o por ahí sí! Por qué no!). Pero creo que hay gente que tiene el mínimo necesario de capacidad como para cultivarse un poco, y no lo hace. Le chupa un huevo. Y eso sí que es de terror, porque ahora no estoy hablando de gente excluida (por ahí es algo de una condición peor, porque digamos la verdad, estar incluído en este sistema tampoco es tanto mejor que estar exluido, aunque sí, es mejor por muchas razones, pero tampoco tanto). La gente tendría que agarrar un poco más los libros. El diario. Hay que crear una especie de conciencia política e interiorizarse en lo que pasa. Basta de «Política es una mala palabra». Basta de «A mí la política no me interesa porque…». No hay ni un solo motivo valedero para que usted pueda decir esa frase sin ser un pelotudo (y perdón si sueno prepotente). A usted tiene que interesarle la política, pero no la política de la repartija, la de a ver quien usó la banelco, a ver a qué senador coimearon, sino que usted tiene que interesarse en la economía, la sociedad, el desarrollo, las preocupaciones, los avances y la problemática de SU PUEBLO. Si no lo hace, el estado de alienación al que eso lo lleva, nuevamente es funcional a «los malos» (aclaro que pongo todo el tiempo «los malos» entre comillas, porque es un poco en joda y por el otro lado porque no tengo ganas de ponerme ahora a escribir quienes vienen a ser). Ser buen ciudadano es saber qué le pasa al de al lado, es conectarse un poco y empezar a preocuparse un poco por el otro (aunque más no sea un poco). Es también formar vínculos. Creo que entiende a lo que me refiero. Esa frase tantas veces dicha que parece ya falta de contenido: «El pueblo unido jamás será vencido», no sé si JAMAS será vencido, pero la idea está. No estamos unidos. No nos preocupa el otro. Estamos totalmente alienados, y si miramos al otro, es para competir a ver quien cambia el auto más rápido, para envidiarlo o para putearlo o para quejarnos. Nos miramos el ombligo, y de ahí surgen los adeptos a «como me compré la licuadora lo voy a votar» o «como pude viajar a todo el mundo lo voy a votar», como en la época de Menem. Porque a pesar que había un 25% de desocupación, les C H U P Ó   U N   H U E V O. ¿Por qué somos así? No sé. Ahora en este momento, cuando a usted le roban el auto en la calle, está pagando con intereses el fruto de la política que usted mismo apoyó en los 90. ¿Lo entiende eso?.

Tenía más para escribir pero dejé de estar in the mood.

La isla más misteriosa (más que la de Lost)

Monkey Island 2

Las aventuras gráficas ya existían hacía tiempo. Habían evolucionado de su formanto en el cual uno tenía que tipear las acciones (como en el primer Larry; «put condom on»… je no me acuerdo si había que tipearlo así, pero me acuerdo que si no lo hacías morías después de acostarte con la prostituta) al formato conocido como point-and-click que de alguna manera todavía hoy persiste (aunque el género de las aventuras gráficas esté casi oficialmente muerto -pequeñas excepciones aparte-). Si bien el reinado podría decirse que era compartido entre Sierra On Line y LucasArts (Ex-LucasFilms), yo siempre me sentí mucho más atraído por las de Lucas. Me gustaban más, me parecían más divertidas, y además, era chico, y me gustaba no morir cada 3 segundos (me acuerdo que en el Larry 1 me morí una vez por tirar de la cadena del baño!!!).

Mi vida era normal, hasta que un día llegó a mis manos el Monkey Island II (que puedo decir con mucha honra que lo conseguí original, lo cual si usted es de algún país no-Latinoamericano, pensará que es lo más común, pero le aseguro que no).

No jugué a todos los juegos, porque eso es imposible. Pero sí he jugado en casi todas las plataformas posibles, y así como jugué desde al Pong hasta el Bioshock (que me está encantando), pasando por el Pitfall en la Atari; el Saboteur, el Predatore (o Moctezuma’s Revenge) el Tank y el Falcon Patrol en la Commodore 64; Los Sonic, los Twisted Metal, los Mortal Kombat, los X-Wing, todo. Pero de entre todos esos juegos, algunos buenos, otros excelentes, otros bona fide masterpieces, hay uno que se eleva por sobre los demás. Ese, señores y señoras, es el Monkey Island II.

¿Quien no puede calificar a esos gráficos de «adorables»?. La atmósfera del juego! Y nada de jugarlo en el modo fácil. Me tuvo entretenido durante meses. Me sentía inmerso en ese mundillo pirata… Y el humor del juego! un humor que cualquier persona de cualquier edad podía entender. La galería de personajes, épica. El insoportable de Stan, el pequeño Willy… Todo memorable.

Para el que no sepa nada, nuestro héroe es Guybrush Threepwood (y como chusmerío, el nombre Guybrush parece venir del programa con el que dibujaban los sprites de los personajes, que guardaba los archivos con extensión .brush (brocha) y al personaje principal lo llamaron Guy («tipo»), por lo tanto los archivos eran Guy.brush, ergo, Guybrush), un aspirante a pirata. De hecho, una de las primeras líneas que dice en el Monkey Island I es algo así como «Hola, mi nombre es Guybrush Threepwood y quiero ser pirata!». A pesar de que con lo acontecido en ese juego, uno puede pensar que que ya puede cargar el título con mucha honra, en esta segunda parte Guybrush está en búsqueda del Big Woop, una especie de tesoro legendario que, si lo descubre, lo transformará en el pirata más famoso de todos los tiempos.

Metido en el cóctel está LeChuck (el pirata malvado que supuestamente había muerto en el anterior), que complica un tanto las cosas, y bueno, el secreto! recuerden que el juego se llama The Secret of Monkey Island!.

Una vez que hayan jugado al primero y al segundo, y vean el final, les recomiendo que busquen por internet teorías y cosas al respecto, hay varias que son muy pero muy razonables (no quiero echar nada a perder).

La interfaz era lo más, a mi me encantaba poder elegir la acción que quería, en vez de simplemente hacer click y ver qué pasa, como en juegos posterioros como The Dig. El inventario ahora en vez de ser una lista de cosas, eran «íconos» y creo que eso en su época también era una novedad. La música tenía un sistema especial, que recuerdo haber leído cómo lo promocionaban en las Micromanía que leía, creo uqe se llamaba iMUSE o ALGO así (ALLLGOOOO así). El chiste era como que la música cambiaba de acuerdo al contexto, o la escena, o lo que ocurría, no sé, y en esa época también era algo novedoso.

Cómo olvidar el momento que hacemos nuestro primer muñequito voodoo!! o ese fianl! Probablemente le final más WTF de todos los finales de todo, más que cualquier final de temporada de Lost.

Si nunca lo jugaron, creo que podrían perfectamente jugarlo (jugando al primero, también) y ver de qué se trata. Lástima que el 3 y el 4 bajaron mucho la calidad y tampoco continúan exáctamente la historia, pero eso en parte se debe a que Ron Gilbert, que había dirigido los primero 2 juegos de la franquicia después se bajó de los proyectos. Y se nota.

En fin. Go get it. Es imposible que no lo puedan hacer correr, en cualquier plataforma, con el ScummVM, con el WINE, con lo que sea.

Do it.

Malo y breve (2 veces malo)

Hola gente. Hace unos días que no escribo porque cuando no estoy frente a la computadora se me ocurren cosas interesantes sobre las que escribir, pero cuando me siento acá, o me olvido, o no tengo tiempo. Ahora tengo algo de tiempo pero no estoy in the mood, así que no hay post interesante.

Sí me pone contento ver que ayer y hoy empezó a entrar gente buscando cosas que son right on target con respecto a la temática del blog. Eso está muy bueno.

Bueno, fue cortito. Espero la próxima tener algo interesante para aportar. Saludos a todos.

Cambio de look

Hola amigos. Sí, cambio de look porque a veces me daba la sensación de que era muy oscuro el otro tema y no se notaba bien qué era un link y qué no, etc.

Lo otro, es que este theme tiene un botoncito de «home», y lo quiero poner porque me da la sensación que más de uno habrá llegado a un artículo y sin ver ese botoncito, sin ser muy ducho con la navegación por internet se habrá ido pensando que no había más que eso.

Así que bueno, ya sé que no contestan nunca, pero si les gusta o no les gusta y lo quieren compartir, sean bienvenidos.

Un saludo