Steppenwolf

Por un 2013 con más lobo y menos hombre.

Ahora bien, a nuestro lobo estepario le ocurría, como a todos los seres mixtos, que, en cuanto a su sentimiento, vivía naturalmente unas veces como lobo, otras como hombre; pero que cuando era lobo, el hombre en su interior estaba siempre en acecho, observando, enjuiciando y criticando, y en las épocas en que era hombre, hacía el lobo otro tanto. Por ejemplo, cuando Harry en su calidad de hombre tenía un bello pensamiento, o experimentaba una sensación noble y delicada, o ejecutaba una de las llamadas buenas acciones, entonces el lobo que llevaba dentro enseñaba los dientes, se reía y le mostraba con sangriento sarcasmo cuán ridícula le resultaba toda esta distinguida farsa a un lobo de la estepa, a un lobo que en su corazón tenía perfecta conciencia de lo que le sentaba bien, que era trotar solitario por las estepas, beber a ratos sangre o cazar una loba, y desde el punto de vista del lobo toda acción humana tenía entonces que resultar horriblemente cómica y absurda, estúpida y vana. Pero exactamente lo mismo ocurría cuando Harry se sentía lobo y obraba como tal, cuando le enseñaba los dientes a los demás, cuando respiraba odio y enemiga terribles hacia todos los hombres y sus maneras y costumbres mentidas y desnaturalizadas. Entonces era cuando se ponía en acecho en él precisamente la parte de hombre que llevaba, lo llamaba animal y bestia y le echaba a perder y le corrompía toda la satisfacción en su esencia de lobo, simple, salvaje y llena de salud.

Así estaban las cosas con el lobo estepario, y es fácil imaginarse que Harry no llevaba precisamente una vida agradable y venturosa. Pero con esto no se quiere decir que fuera desgraciado en una medida singularísima (aunque a él mismo así le pareciese, como todo hombre cree que los sufrimientos que le han tocado en suerte son los mayores del mundo). Esto no debiera decirse de ninguna persona. Quien no lleva dentro un lobo, no tiene por eso que ser feliz tampoco. Y hasta la vida más desgraciada tiene también sus horas luminosas y sus pequeñas flores de ventura entre la arena y el peñascal. Y esto ocurría también al lobo estepario. Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y también podía hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño, no veían nunca en él más que uno de los dos lados. Algunos le querían como hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo, ser amado en su totalidad y no podía, por lo mismo, principalmente ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero también había otros que precisamente amaban en él al lobo, precisamente a lo espontáneo, salvaje, indómito, peligroso y violento, y a éstos, a su vez, les producía luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad. Singularmente éstos eran, por lo general, los más decepcionados e irritados, y de este modo llevaba el lobo estepario su propia duplicidad y discordia interna también a todas las existencias extrañas con las que se ponía en contacto.

Quien, sin embargo, suponga que conoce al lobo estepario y que puede imaginarse su vida deplorable y desgarrada, está, no obstante, equivocado, no sabe, ni con mucho, todo. No sabe (ya que no hay regla sin excepción y un solo pecador es en determinadas circunstancias preferido de Dios a noventa y nueve justos) que en el caso de Harry no dejaba de haber excepciones y momentos venturosos, que él podía dejar respirar, pensar y sentir alguna vez al lobo y alguna vez al hombre con libertad y sin molestarse, es más, que en momentos muy raros, hacían los dos alguna vez las paces y vivían juntos en amor y compañía, de modo que no sólo dormía el uno cuando el otro velaba, sino que ambos se fortalecían y cada uno de ellos redoblaba el valor del otro. También en la vida de este hombre parecía, como por doquiera en el mundo, que con frecuencia todo lo habitual, lo conocido, lo trivial y lo ordinario no habían de tener más objeto que lograr aquí o allí, un intervalo aunque fuera pequeñísimo, una interrupción, para hacer sitio a lo extraordinario, a lo maravilloso, a la gracia. Si estas horas breves y raras de felicidad compensaban y amortiguaban el destino siniestro del lobo estepario, de manera que la ventura y el infortunio en fin de cuentas quedaban equiparados, o si acaso todavía más, la dicha corta, pero intensa de aquellas pocas horas absorbía todo el sufrimiento y aun arrojaba un saldo favorable, ello es de nuevo una cuestión, sobre la cual la gente ociosa puede meditar a su gusto. También el lobo meditaba con frecuencia sobre ella, y éstos eran sus días más ociosos e inútiles.

A propósito de esto, aún hay que decir una cosa. Hay bastantes personas de índole parecida a como era Harry; muchos artistas principalmente pertenecen a esta especie. Estos hombres tienen todos dentro de sí dos almas, dos naturalezas; en ellos existe lo divino y lo demoníaco, la sangre materna y la paterna, la capacidad de ventura y la capacidad de sufrimiento, tan hostiles y confusos lo uno junto y dentro de lo otro, como estaban en Harry el lobo y el hombre. Y estas personas, cuya existencia es muy agitada, viven a veces en sus raros momentos de felicidad algo tan fuerte y tan indeciblemente hermoso, la espuma de la dicha momentánea salta con frecuencia tan alta y deslumbrante por encima del mar del sufrimiento, que este breve relámpago de ventura alcanza y encanta radiante a otras personas. Así se producen, como preciosa y fugitiva espuma de felicidad sobre el mar de sufrimiento, todas aquellas obras de arte, en las cuales un solo hombre atormentado se eleva por un momento tan alto sobre su propio destino, que su dicha luce como una estrella, y a todos aquellos que la ven, les parece algo eterno y como su propio sueño de felicidad. Todos estos hombres, llámense como se quieran sus hechos y sus obras, no tienen realmente, por lo general, una verdadera vida, es decir, su vida no es ninguna esencia, no tiene forma, no son héroes o artistas o pensadores a la manera como otros son jueces, médicos, zapateros o maestros, sino que su existencia es un movimiento y un flujo y reflujo eternos y penosos, está infeliz y dolorosamente desgarrada, es terrible y no tiene sentido, si no se está dispuesto a ver dicho sentido precisamente en aquellos escasos sucesos, hechos, ideas y obras que irradian por encima del caos de una vida así. Entre los hombres de esta especie ha surgido el pensamiento peligroso y horrible de que acaso toda la vida humana no sea sino un tremendo error, un aborto violento y desgraciado de la madre universal, un ensayo salvaje y horriblemente desafortunado de la naturaleza. Pero también entre ellos es donde ha surgido la otra idea de que el hombre acaso no sea sólo un animal medio razonable, sino un hijo de los dioses y destinado a la inmortalidad.

 

Herman Hesse, El Lobo Estepario

And so you’re free, so fuck you.

Ayer publiqué algo que estuvo motorizado por un tema de Laurie Anderson, y repito la letra:

 

It was a large room. Full of people. All kinds.
And they had all arrived at the same buidling
at more or less the same time.
And they were all free. And they were all
asking themselves the same question:
What is behind that curtain?

You were born. And so you’re free. So happy birthday.

 

Ahora, me gustó mucho la interpretación que hizo otra gente de la letra y es lo que quiero proceder a comentar ahora.

It was a large room (the world) Full of people. All kinds. (Isn’t the world?)

Sí.

And they had all arrived at the same buidling at more or less the same time. (We are all here in the here-and-now, are we not? Or looked at another way, look at the people around you in the world – as long as you are all alive together, you are existing together in one big moment, no matter how young or old you are. The only ones who aren’t are either not born yet, or dead.)

And they were all free. (Everyone is free – to a certain extent. Free to live, free to die, free to make choices. Perhaps those choices can be limited, and perhaps those choies may have repercussions and consequences, but we are free to make them.)

Ahh… es cierto esto? La clave es esa no… «to a certain extent». Siempre se me ocurren situaciones límites y extremas, que generalmente las asocio con épocas límites y extremas. Me imagino un tipo en el medio de la guerra, y alguien apuntándole con la pistola a su esposa y/o hijo: Hacé esto, o tu hijo es boleta. Y ahí qué hacés? Es libertad no hacer algo y que maten a tu hijo, es libertad hacer algo, por ahí terrible, frente a la extorsión? Obviamente esa es la situación super límite, pero uno puede empezar a relajar y entonces llevarlo a terrenos menos turbios, mas mundanos, más grises, en los cuales las restricciones no son tan tajantes, pero no por eso dejan de existir. Y acá no puedo hablar de esto sin hablar de Sartre. El papá de la angustia existencial. «El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo» Dijo el señor. Más aún: «En la angustia adquiere el ser humano conciencia de su libertad o, si se prefiere, la angustia es el modo de ser de la libertad como conciencia del ser». Y por último la más letal de todas: «El hombre está condenado a ser libre, porque una vez que está en el mundo, es responsable de todo lo que hace.» Leyeron bien? El hombre está condenado a ser libre. Es gracioso que estaba pensando en esto y hace poco una persona me regaló «El Existencialismo es un Humanismo», del mismo Sartre, libro el cual leí hace muchísimos años, pero me pareció increíble, casi casi un mensaje del Universo (de esos en los que no creo pero que cada tanto sospecho he tenido muy buenos candidatos a obligarme a creer), que me lo regalaran de nuevo hace días cuando tenía todo esto en la cabeza.

 

And they were all asking themselves the same question: What is behind that curtain? (Where do we come from? Where do we go? Why are we here? These are the big questions people ask once they think outside the box of social conditioning. Are we here to work in a checkout line? Are we here to administer order to the masses with our riches? Kill another person out of hatred? Give up all possessions and love everyone unconditionally? Some think there is no inherent meaning to life or existence and that it is the meaning we impose upon it that matters. Others think a Supreme Force has created everything and placed us here to do it’s will. All of these questions are shrouded in mystery for which the answers may never be known. This is the viel, or curtain between the known and unknown. Perhaps it can be likened to that veil which separates the temple from the ark of the covenant in the temple of Solomon.)

Y sí, totalmente relacionado a lo anterior es para qué estamos. Para qué estamos? No creo que estemos «para algo» ni que estemos «a causa de algo». Estamos y ya. Y esa libertad hace que de alguna manera, nosotros tengamos la capacidad de inventar nuestra propia justificación de por/para qué estamos. Estamos acá para hacer sufrir a la gente? Para transformar el mundo? para crear? para destruir? Nosotros escribimos eso sobre la marcha. Aunque no es nuestra pluma la única que importa, ya que al final del día lo que interpreten los que quedan después de nuestra muerte va a ser probablemente más «la verdad» sobre nosotros que lo que nosotros mismos hayamos pensado de nuestra propia existencia.

And so we’re born. And so we’re free. So happy birthday. (Regardless of what we think the meaning of life is – we are given this life and it is like a gift. What we do with it is up to us, and it’s not always an easy thing.

But do we ask to be here at all? Whether it’s all an accident of matter or the direction of a higher being, WERE we asked to be here? or is life thrust upon us leaving us bewildered about what it is, why it is, and what our role in it all is? I don’t think this is the universal complaint of the adolescent, I think this is the human condition we all are born into. We have to be born into a world in which things have already been set up by those who came before us. Are people who get along well in life well adjusted or have they simply accepted their puppet-hood? Perhaps we are here to make the world a better place for when the next Born, never asked-s come along…)

Y no, no es fácil resolver qué hacer con eso. No es fácil resolver qué hacer, porque justamente, si no no habría angustia existencial. Ese embudo que aparece cada vez que uno pasa de un horizonte infinito a colapsar las infinitas probabilidades en algo real. Aunque también es cierto que muchas veces hay segundas oportunidades… o simplemente es la misma que volvió? o en realidad eso no existe, porque en la segunda ronda las cosas van a ser inexorablemente distintas de lo que las habría sido la primera vez?. Me gustó eso de que perhaps estamos acá para hacer un mundo mejor para los próximos next Born. Y eso me llevó a pensar en el final del Universo. Sí, así de catastrófico. Eso quiere decir que el próximo post probablemente será ñoño y científico… con un tinte de lo que vengo hablando.

Así que ya sabés, sos libre, y fuck you, porque la libertad puede que sea una carga pesada de soportar.

And so you’re free

 

It was a large room. Full of people. All kinds.
And they had all arrived at the same buidling
at more or less the same time.
And they were all free. And they were all
asking themselves the same question:
What is behind that curtain?

You were born. And so you’re free. So happy birthday.

 

Llegué a esto de manera inesperada. Llegué de casualidad y me terminé encontrando con esto. Para mí, un ícono de mi infancia, «la música de la propaganda de Colbert», aquella que hacía que todo niño pensara que lo mejor que te puede pasar de adulto era vivir en un loft y tirarte agua mineral en la cabeza y con eso te ibas a ganar a todas las minitas en la faz de la tierra. No sabía de quien era, y reconozco que tuve que buscar quien era Laurie Anderson. Creo que en algún momento supe tangencialmente sobre su existencia y no mucho más. Pero por más hipnótica que me resulta la melodía, aun más cautivamente me resulta la «letra» de la canción, esas líneas que se pronuncian al principio. Me empecé a preguntar de qué hablaba. Y pensé que se trataba de algo así como una especie de lugar donde se «congregan todas las almas», donde está toda la gente, de toda clase, y eran libres y se preguntaban qué había atrás de la cortina. Supongo que «atrás de la cortina» es nacer. Que básicamente está describiendo el lugar donde cada uno está antes de nacer, ser libre, y feliz cumpleaños. Solo estoy contando la versión breve, porque tengo que reconocer que si bien existe una versión larga de mi interpretación, reconozco que no tuve vuelo para mucho más. Y entonces con eso en mente me puse a buscar a ver qué opinaba la gente sobre el significado de la canción (hay muchas páginas sobre eso), y me encontré con estas dos:

Una:

The last line, by itself, is a wonderful haiku-sized poem. There’s a touch of nihilism in it. It tends to reject religion, though not necessarily. What does one do with birth, and freedom? Now, Happy Birthday can mean simply that, joy at being born. But it can also mean all the happy birthdays one will collect over time (because, after all, when one says happy birthday, it’s usually on the anniversary of one’s birth, not the actual day of birth). So happy birthday simply becomes a method of counting time, of ticking the clock («this is the time, and this is the record of the time,» Laurie will say in another song). Happy birthday is a way of answering «what’s next?» after birth.
And then, in an odd way, this parallels the first stanza with it’s (pseudo?)marvel at the fact that a group of individuals has gathered at the same time.
We are all brought here «in medias res,» in the middle of things. As Peter Blegvad sings, «stories all start once upon a meantime … in the meantime life goes on, ticking like a mean time bomb.»

La otra:

It was a large room (the world) Full of people. All kinds. (Isn’t the world?)

And they had all arrived at the same buidling at more or less the same time. (We are all here in the here-and-now, are we not? Or looked at another way, look at the people around you in the world – as long as you are all alive together, you are existing together in one big moment, no matter how young or old you are. The only ones who aren’t are either not born yet, or dead.)

And they were all free. (Everyone is free – to a certain extent. Free to live, free to die, free to make choices. Perhaps those choices can be limited, and perhaps those choies may have repercussions and consequences, but we are free to make them.)

And they were all asking themselves the same question: What is behind that curtain? (Where do we come from? Where do we go? Why are we here? These are the big questions people ask once they think outside the box of social conditioning. Are we here to work in a checkout line? Are we here to administer order to the masses with our riches? Kill another person out of hatred? Give up all possessions and love everyone unconditionally? Some think there is no inherent meaning to life or existence and that it is the meaning we impose upon it that matters. Others think a Supreme Force has created everything and placed us here to do it’s will. All of these questions are shrouded in mystery for which the answers may never be known. This is the viel, or curtain between the known and unknown. Perhaps it can be likened to that veil which separates the temple from the ark of the covenant in the temple of Solomon.)

And so we’re born. And so we’re free. So happy birthday. (Regardless of what we think the meaning of life is – we are given this life and it is like a gift. What we do with it is up to us, and it’s not always an easy thing.

But do we ask to be here at all? Whether it’s all an accident of matter or the direction of a higher being, WERE we asked to be here? or is life thrust upon us leaving us bewildered about what it is, why it is, and what our role in it all is? I don’t think this is the universal complaint of the adolescent, I think this is the human condition we all are born into. We have to be born into a world in which things have already been set up by those who came before us. Are people who get along well in life well adjusted or have they simply accepted their puppet-hood? Perhaps we are here to make the world a better place for when the next Born, never asked-s come along…)

Me maravillé. Me encanta cuando de algo tan chico se puede sacar algo tan grande. Yo reconozco que a veces lo hago, pero en general con otras cosas. Ni más concretas ni más abstractas, simplemente otras. Suelo volar, pero no sé si tengo esa capacidad de volar en el modo «interpretación». Me pareció que valía la pena compartir estos dos comentarios. El segundo es el más «thought-provoking» de los dos, y me provocó muchos thoughts, que vendrán en un próximo post.

Saludos terrícolas.

Y a dónde va?

 

Saludos, terrícolas.

El otro día estaba acostado pensando, y de repente me acordé de algo que me había parcido gracioso. Algunos de ustedes por ahí son lo suficientemente jóvenes como para no haber conocido el DOS, así que brevemente les comento: Antes del Windows, antes de todo, en el DOS uno se encontraba con algo que tenía esta pinta:

C:\>

Alias «el prompt». Y ahí uno escribía cosas como «cd juegos», por ejemplo. «dir», qué se yo, comandos. Pero cuando uno terminaba de llenar la pantalla de cosas, el «último renglón» escrito, empezaba a desaparecer. Y me acuerdo que una vez alguien me hizo la pregunta pseudofilosófica «y a donde va ese renglón cuando desaparece?». En su momento la preugnta me contrarió. Por un lado, era trivial y boba. Pero por otro lado… a donde va? Y además, por qué esa pregunta de «a donde va?». Supongo que porque no es otra cosa que el desplazamiento de la pregunta humana eterna, de «a donde vamos cuando nos morimos?». Siempre esa idea de que «morirse» no es apagar la computadora, si no que la computadora sigue computando pero en otro lado, en otro plano, en el cielo, en la otra vida, en la  eternidad, en el purgatorio, somewhere, anywhere. Porque la pregunta es «y a donde va?» y no «vamos a algún lado?». Yo creo que no vamos a ningún lado, creo que se termina ahí, fin. Pero no vengo a hablar de esto, si no de otra cosa. Ya sé que parece sacado de una canción de Arjona, pero bueno, es lo que hay. A donde va el amor? Sí, a donde va? Probablemente estar escuchando repetidamente el último disco de Norah Jones no esté ayudando (pobrecita, qué le pasó a esa chica? alguien que le regale urgente un par de curitas para su corazón roto). Pero la pregunta es, a donde van esas cosas? Uno se relaciona con una persona, empieza a crear, construir, a veces mal, a veces bien, «construye» el amor, y después la cosa se termina. Obviamente las cosas no se terminan automáticamente… y a dónde va todo eso? Uno empieza a retirar cosas de la relación, empieza a deconstruir (como Penélope, que teje y desteje) y retira las expectativas, sueños, ilusiones, sensaciones, sentimientos… y a donde los manda? Los tira? Los guarda? En la próxima relación pone los mismos, pero reciclados? Uno pasa los anhelos y esperanzas y sensaciones y sentimientos por el taller y les hace chapa y pintura  y lo que va haciendo es depositar las mismas cosas, cada vez más baqueteadas, más reventadas, desilusionadas, o lo que sea, en la persona que viene (por más chapa y pintura que le haya hecho)? O sea, esas cosas se reciclan? O se termina una relación, las cosas «se van» y uno encuentra una nueva fuente para construir nuevas relaciones?. No lo sé. Si uno tiene ganas de casarse, proyecto de familia, hijos, la relación se pudre y uno conoce a otra persona y empieza con lo mismo… es que tenía el «esquema» por sobre todas las cosas y solo está buscando a la persona cual actor en una obra de teatro que encaje en la ilusión de uno mismo? Por lo que la persona juega un rol secundario y lo importante es el esquema? Esas cosas creo que a veces pasan. Hay gente que solamente quiere jugar ciertos roles y entonces busca la persona indicada para el rol que quiere jugar. Hay gente que le gusta sufrir y siempre consigue al tipo que la/o hace sufrir. Hay gente que le encanta vivir eternamente enamorado en la friendzone y siempre consigue alguien que la friendzonee. La gente a veces se hace medio adicta a los roles y a lo que siente, y «la persona» cumple un rol secundario. En esos casos creo que el sentimiento siempre se recicla, y solamente se lo acomoda un poco para amoldar a las diferencias sutiles del actor que está ocupando el rol ahora. Pero no creo que toda la gente sea así. Creo que hay gente que construye y deposita cosas de verdad. Y cuando la cosa se termina, a donde va eso? Cómo es que de repente uno se encuentra con un ex, y te pasan 100000 cosas por la cabeza, se sienten 100000 cosas, y por ahí a los 2 años te lo cruzás y ya no te pasa nada? A donde fue eso? Me sorprende a veces la capacidad de de-construir emociones que tenemos.

Ahora, lo que me queda claro es que eso no es otra cosa que la manifestación de lo distorsionado que es el amor. Es decir, si uno puede ver a otra persona y sentir 1091283109823 cosas, y 2 años después ya no, eso quiere decir que cuando te producía 19023109283 cosas es porque distorsionaste tanto a esa otra persona, estás viendo tanto pero tanto lo que querés ver (por encima de lo que la otra persona es) que en definitiva es eso lo que te moviliza todas esas emociones, y por eso cuando uno deja de ver lo que quiere ver, ya no pasa nada… o no? Es así o no? A dónde van todas esas cosas?

Me despido con esto

Todos necesitamos los huevos.