Y si no es así?

Si ya leyeron posts de este blog, sabrán más o menos qué pienso sobre esto: Pienso que la realidad es más allá de nuestra existencia, que nosotros la percibimos, la modificamos y creo (o quiero creer) que podemos acceder a entender cuáles son las leyes que subyacen a la existencia, a la realidad. Creo que el ser humano, la inteligencia, lo que ustedes quieran, tiene la capacidad de comprender, de estudiar y entender cómo son los mecanismos y las causas últimas de lo que «genera» o «sostiene» a la realidad. A todo. Desde las partículas fundamentales hasta la ecología. Y pienso que las cosas que todavía no sabemos, es solo cuestión de tiempo para llegar a saberlas.

Pero.

El otro día estaba charlando con alguien sobre algo que nada que ver, pero me dejó pensando. Estaba charlando sobre las personas ciegas. Sobre lo dificil que es para un ciego que comprenda lo que quiere decir «verde». O «rojo». No solamente los colores, si no varias cosas. Recuerdo haber leído una vez un artículo en el que se comentaba sobre operaciones a gente para que pudiera recuperar la vista, y cómo les lleva muchos años poder interpretar lo que ven. Recuerdo el caso de una persona al que le mostraron una naranja y le preguntaron si veía qué forma tenía, y a pesar de que, en teoría, podía ver perfectamente, no se daba cuenta que era redonda, y recién cuando la pudo tomar en sus manos y tocarla recién ahí dijo «ahora sí veo que es redonda«. Podría seguir por el lado este, pero hasta acá es suficiente.

Pensando en eso, me entró la duda: Realmente un ciego puede nunca jamás comprender lo que es verde? O sea, yo puedo empezar a explicarle que una onda electromagnética, que la frecuencia, etc, y llegar a lo que es «verde». Yo creo que, en algún punto, en cierta medida, debería al final terminar comprendiendo lo que es «verde», pero me entró la duda.

Automáticamente mi cerebro perverso propagó la duda más allá, y me pregunté lo siguiente: Si dudo sobre la capacidad que tiene un ciego en entender lo que es verde… ¿por qué debería asumir que nosotros, los humanos, poseemos todos los sentidos, todas las herarmientas necesarias para adquirir conocimiento de manera tal de comprenderlo todo?. Espero que se entienda que con «sentido» no me refiero solo a algo como «olfato» (pero no lo excluyo) si no a la capacidad inherente de recibir/detectar algo de la realidad. Se nos puede estar pasando algo de largo?

Ahí traté de tranquilizarme pensando que, por ejemplo, no tenemos un «sensor de voltaje» pero podemos entender un campo eléctrico, también podemos entender un campo magnético sin estar magnetizados… En fin, por un lado pienso que podemos acceder a información que en teoría no estamos «inicialmente» listos para adquirirla, y muchas de las teorías físicas de vanguardia hoy en día trabajan con conceptos increíblemente abstractos que seguramente están lejos de ser cosas que podríamos percibir y entender «naturalmente». Sin ir más lejos, la cuántica es increíblemente contra intuitiva, pero la entendemos (o creemos que la entendemos, para ser honestos) y funciona…

Pero igual la duda está planteada, y a pesar que me gustaría haberme auto-convencido, un poco de duda queda. Al final de cuentas, dudar es sano, no? Uno nunca sabe de qué conversación, de qué línea de pensamiento pueden salir las dudas más jodidas. Hablé de esto con mucha gente muchas veces y muchas veces trataron de convencerme que estaba equivocado. Y de repente un argumento casi inocente me hizo dudar. Igual, probablemente me han tirado con argumentos mejores, pero supongo que tiene que ver también cuán receptivo está uno a escuchar la vereda opuesta y a aceptar falencias en el razonamiento propio, por eso lo más efectivo es que la duda surja de uno mismo y no de que lo traten de convencer de afuera… pero uno puede estar tan duro que nunca jamás se plantee la duda… así que me puso contento.

¿Existe este post?

Un comentario de un post de una chica a la que conozco y que se llama Noelia, decía:

De más está decir que me planteé y sigo planteando la pregunta “¿existe algo?” así de general, encontrando distintas respuestas y conciente de las posibilidades de distintas maneras de formularla (me refiero a que es muy probable que no todos nos preguntemos del mismo modo si existe algo y en qué forma, lo cual se menciona en una parte del post).

Preguntas distintas implican respuestas distintas, entre sí deberían estar asociadas unas a otras, el modo en que estén asociadas podría ser completa y absolutamente aleatorio, si así fuera y considerando el caso de dos o más preguntas con la misma respuesta (o al revés, no importa, pero son cosas que experimentamos en este tipo de cuestionamientos, al menos yo), habría un grado de probabilidad de que una o un grupo de respuestas esté asociado una o un grupo de preguntas?
Si las variables son infinitas, esto no tendría sentido, o no? llevandonos al resultado de que no podremos jamás responder la pregunta “¿existe algo?”
Si las variables fueran finitas, tendría sentido pensar en una respuesta que en mayor probabilidad sea la más acertada?

Lo que acabo de dejar acá escrito es uno de los tantos razonamientos que no me llevan a ningún lado (bueno sí, a más preguntas sin responder) y de seguro se caiga por dónde lo miren. Pero ahí está, quizás a alguien resulte interesante o no y también comprata por qué. ¿?

¿Existe algo? Se tocó tantas veces ese tema en este blog que es difícil pensar que se puede decir algo nuevo. ¿Existe lo nuevo? ¿O ya está todo pensado? Claramente no está todo pensado respecto a todo, pero sobre cuestiones como estas, ¿se puede decir algo nuevo? o más precisamente: ¿puedo yo decir algo nuevo?. Escribo esto y me acabo de acordar de mi post que decía que somos 9 o 10 ideas. Si somos 9 o 10 ideas, no creo que tenga algo nuevo para decir. Pero si eso fuera cierto, quiere decir que nunca jamás me podría contradecir a mi mismo, y dudo contar con esa virtud. ¿Es una virtud? ¿O constituye la esencia de ser «rígido»?.

Anyways. Dificil escribir algo «nuevo» y/o «interesante». Por ahí si no hay nada nuevo no hay que escribir. A veces me pregunto cómo hace la gente que escribe mucho para llenar renglones. Muchas veces dicen lo mismo, lo atacan de distintos lados, lo amasan de distinta manera… o escriben algo distinto, y son «vendidos». Todo el tiempo pienso en cosas así. Claramente muchas cosas no las veo ahora como las veía antes, las cosas cambian, la percepción de uno del resto de las cosas cambian, y al final uno mismo cambia. O no.

Existe algo? Y sí. Creo que para que algo exista se tiene que poder «medir». Existe la luz? Sí, porque puedo medir su intensidad, por ejemplo. O su polarización. O varias cosas distintas. ¿Y cómo sé que lo que mido es «la luz»? Eso no me parece grave, puedo hacer al revés, decir que le mido muchas cosas a «algo» e ir para atrás y definir que ese algo era la «luz» y ya. Puedo medir rayos X, puedo medir electrones, puedo medir fuerzas, puedo medir distancias, puedo medir energías.

¿Qué es medir? Es hacer que algo interactúe con algo. Algo tiene que interactuar con otra cosa. O sea, algo tiene que perturbar otra cosa. Ese otra cosa es mi instrumento de medida. Si lo perturbó, algo le pasó, y eso se hace «señal» y esa señal me da indicio de la existencia de algo. La primer pregunta obvia: Y si el aparatito registró algo pero yo no estaba para verlo, ¿eso constituye una medida? No sé, pero sí constituye una interacción, por lo que eso le dio carácter de real. Si no, uno podría pensar que el Universo en realidad no existió hasta que el primer ser «conciente» «»interactuó»» con él. Por lo que es el día de hoy que hay partes del Universo que no existen porque hasta que la luz de esas zonas recónditas no llegue hasta nuestro planeta y la «veamos», esas regiones no existen. Y esta rama se podría profundizar mucho más. Hay una rama de filósofos archipedorros que supongo es el día de hoy que centran la «realidad» como un concepto antropocéntrico, y que si el hombre no está ahí para determinar que hay algo, eso no está, o no podemos decir que esté. Más aún, está el tema de la construcción social de la realidad, largo etc. Todo muy bonito, pero antes de que hubiera un ser humano que pudiera «darle realidad» a una célula, una célula existió y evolucionó hasta ser humano. El transcurrir de esos sucesos nos dieron realidad a nosotros, y no al revés: Nosotros no le dimos realidad a los sucesos.

Hay varios aspectos en el medio, el tema de, en última instancia, la naturaleza cuántica de la realidad, y los distintos estados, etc. Pero la palabra clave es «decoherencia» y no me voy a meter con eso, porque probablemente usted querido lector no se quería meter con eso tampoco.

Parte del problema de la definición de existencia, es que el cerebro es chiquito y piensa chiquito, porque somos seres chiquitos, en el sentido de que pensamos chiquito. Puede que algo exista y que hoy no podamos detectarlo, puede que mi definición de existencia/realidad esté equivocada, pueden pasar muchas cosas. Además, el «uso» hace a las definiciones medio laxas, pero en un mundo ideal (para mí) en el que todo es cuadrado y definible sin ambigüedades, no deberían aparecer este tipo de problemas.

Entonces, ¿Existe algo? Y sí, lo que existe, existe, y lo que no existe, no existe.

La parte que me resulta interesante es la siguiente: Si existiera un «universo paralelo», totalmente «perpendicular» al nuestro, o es más, muchos universos paralelos, y lo que pasa en esos universos de ninguna manera pudiera afectar nada de lo que pasa en el nuestro… ¿Ese Universo existe? Supongamos que sí. Pero si por definición no podemos interactuar con él de ninguna manera, de ninguna, ¿podemos «declarar» su existencia?. No, porque nuestro Universo no tiene ninguna forma de darle caracter de «existente». Como el otro Universo no puede interactuar con nosotros, poco le importa que acá lo tildemos de «inexistente», ya que para ese Universo, un Universo que no existe (el nuestro) lo estaría tildando de inexistente… so what? (ya le está empezando a doler la cabeza?).

Lo cual me lleva a lo siguiente: Hay cosas que podrían existir, supongamos en un «universo paralelo», pero que nosotros (o nuestro universo) no podría jamás detectar su existencia, por lo cual sería lo mismo que si no existiera. Más aún, eso quiere decir que todo lo que no existe podría existir de un modo «indetectable» para nosotros? Creo que eso poco importa, y como en un post que escribí hace como 4 años, pienso que si algo resulta totalmente inaccesible a nuestra percepción (o de este Universo) podemos declarar efectivamente como «inexistente» su existencia, porque nuevamente recaigo en mi definición de que existente es algo que puede interactuar con otra cosa que sí existe. Lo cual lleva a oooootro problema: Cuál es la referencia? qué existe? Cuál es el parámetro de referencia al que declaramos axiomáticamente existente y que puede interactuar con todo lo demás para darle carácter de existente?. Creo que no hace falta incurrir en eso, creo que sería paja mental infructífera, pero lo invito a que se pregunte eso. Por ahí no sería tan infructífero… ahora que lo pienso puede ser interesante ver si se puede salir de una definición circular… pero puede quedar para otro post.

Eso es lo que tengo para decir al respecto. Lo importante es que lo pienso, y suena vacío. Suena a algo que podría haber escrito un robot uniendo frases con conectores lógicos. Por ahí otro día no me parece así, pero hoy sí.. En parte debe ser porque no hay lugar a la discusión, suena a que «como está escrito, es». Pero no, me gusta polemizar y discutir. Acepto polemizar.

Ahora estoy en una fase más introspectiva por eso debe parecerme que lo que escribí es medio bosta. Pero es tema para otro post creo

 

 

Ser o no ser

Usted, como entidad, usted, existe?.

Ahora, después de haber leído eso, pudieron pasar varias cosas. Que siguiera leyendo y esté ya en este renglón. Mal. Vuelva a empezar. Otra es que se haya quedado pensando «uhhh… otro posts de esos de este boludo…». Bueno, en ese caso está excusado, tenga un buen día. Pero si se quedó dos segundos pensando en la pregunta, mas allá de que parezca trillada y que se haya ya hecho 10000000 veces, entonces pudo haber pensado cosas distintas. Por ahí pensó «si existo en el sentido de que realmente soy? si soy real?». O también pudo haber pensado «si existo YO, YO como una cosa individual, o si en realidad no tiene sentido esa «individualización» y en definitiva no existo «YO como individuo y no tiene sentido poner ciertas fronteras y solo «existe» una sola cosa de la cual simplemente formo parte?» (bueno, si pensó todo eso le debió haber llevado más de 2 segundos). También pudo haber pensado «si existo yo en el sentido que existo físicamente, o si existo realmente yo como una cosa que siente, piensa y que de alguna manera existe pero en un plano que no es exáctamente el mismo plano físico en el que hay otras cosas que claramente sí existen y en realidad «yo» -mi «mente»? mi «alma»?- existen pero en un plano más allá del sentido físico real y solamente están en éste plano de existencia utilizando este cuerpo como vehículo, pero no le resulta imprescindible para SU existencia, que trasciende este plano material?». Bueno, si pensó TODO ESO entonces le llevó muuuuuuuuchos segundos. También pudo haber pensado «si existo de verdad o si existo como en un sueño tipo Matrix?», y bueno, es válido también.

Dado la diversidad de backgrounds de la que cada uno puede venir, ya sea religiosos, místicos, cientificistas, agnósticos, filósofos, etc, creo que cada uno, a priori, interpreta directamente la pregunta de una manera distinta, por lo que por qué no esperar respuestas distintas. Por lo tanto, creo que no sería fácil conseguir consenso sobre una cuestión tan, pero tan, pero tan tan tan tan tan tan básica sobre si «existimos» o no. En última instancia, qué es existir? «Existir» es lo mismo que «ser real»? Es cierto que «no existe un triángulo» porque es una construcción mental y por lo tanto el triángulo no existe si no que lo inventamos porque no existe en la naturaleza algo como un «triángulo»? En ese caso no entiendo por qué podría existir Dios, por ejemplo (que de más está decir que para mí no existe tal cosa). Pero volviendo al tema, el hecho de que yo lo piense al pobre triangulito, de que todos lo pensemos, no le da un cierto carácter de «existencia»? Lo podríamos pensar de varias maneras. Una de ellas es que nosotros al «pensarlo», lo realizamos de alguna manera. En esa secuencia de cosas, habría una especie de orden en la cual asumimos y damos por correcto, por axiomático, que nosotros existimos, y que además, si pensamos en el triángulo, que en principio es una entidad totalmente abstracta, le damos algún sentido de «existencia». Hasta acá, nada muy raro, algo que parece casi un callejón sin salida.

Habrán también los que piensan que sí existimos, y que el triángulo no existe un carajo, ni el triángulo ni pi ni nada de eso, que son simplementes construcciones mentales, abstracciones, algo que solo vive en nuestra mente y si todos los humanos de la Tierra -o para el caso, cualquier ser inteligente en el Universo- desapareciera, entonces automáticamente el triángulo sería un no-ser, algo inconcebible, ya que fuera de la mente humana there’s no such a thing.

También podría haber muchas posturas que me resultan extrañas -no en el sentido de «raras», si no que simplemente no las conozco- en las que nosotros no existimos/nosotros sí existimos/nosotros somos un alma que sí existe en un cuerpo que no/si/tal vez/exista y qué se yo. Pero no me voy a meter con eso porque… no.

Pero también los hay de los otros. Esos otros piensan que el triángulo existe. La matemática, por ejemplo, no sería una construcción «mental». Todo sería matemática, y todo lo que vemos, no vemos, somos, todo lo que hay, es una realización física de ese mundo matemático real.

Hasta acá hice una especie de mezcla, sin ser lo suficientemente preciso, probablemente. Y creo que sería bueno ayudarme con unos esquemitas. Creo que es un buen momento para decir que NO SON MÍOS, son de Roger Penrose, del libro «El Camino a la Realidad» que ya cité una o dos veces creo. Así que el copyright para el… y si voy en cana, ma la suerte.

La visión de Penrose

La visión de Penrose

Yo creo que este gráfico en sí es bastante potente, aunque no necesariamente self-explanatory.  Lo que nuestro amigo dice, básicamente, es que hay 3 «misterios» sobre cómo se conectan cada uno de los participantes.

Nótese que los 3 tienen básicamente el mismo grado de jerarquía. Él opina que una parte de la matemática de existencia platónica da origen a todo el mundo físico, dado que no necesariamente toda la matemática tiene alguna conexión obvia con la física. Más aún, piensa que «la conciencia», o la «mentalidad», -TODA la conciencia- viene asociada a ciertas estructuras físicas -no todo lo que tiene existencia física es necesariamente conciente- como, por ejemplo, nuestro cerebro. Y por último, postula que una partede la actividad mental es la que «genera» toda la «verdad matemática».

Refraseando: Todo el mundo físico estaría gobernado por leyes matemáticas, por lo que todo en el mundo físico estaría gobernado por completo por ejemplo, por ecuaciones, o por alguna noción matemática que no nos es accesible hoy. Si este fuera el caso, incluso nuestras propias acciones físicas estarían sujetas a las leyes matemáticas.

Por otro lado, supone que no hay «verdades matemáticas» que pudieran estar más allá del razonamiento. A su vez, el «razonamiento» es una consecuencia de la actividad de ciertos cuerpos pertenecientes al mundo físico.

No le resulta completamente provocador este esquema? No le incita a pelearse con él, pensar que está mal, o enamorarse de su belleza y pensar que es genial? La aparente circularidad del razonamiento me parece fascinante.

Por otro lado, Penrose sabe que tiene detractores, y dice que bueno, que podría -a pesar de que él no esté de acuerdo- ser así la cuestión:

Otro esquema menos Penrose-like

Otro esquema menos Penrose-like

Si bien parece igual, hay varios cambios sutiles. Pero lo más importante está en notar que hay elementos de la realidad física que ahora NO SON explicables matemáticamente (aunque la matemática todavía puede explicar una cierta porción). Por otra parte, no todo lo que es «conciencia» puede explicarse SOLAMENTE desde un punto de vista físico, y más aún, no todo lo que se ¿encuentra? en el mundo ideal matemático está al alcance de la mente.

¿Toda la física es matemática? ¿toda la matemática es una construcción mental? ¿Todo lo «mental» es en realidad física? ¿Se necesita la existencia de los 3 simultáneamente para que podamos, simplemente, definir «existencia»?.

A mí algunas cosas me resultan muy particulares.

Sin entrar en cosas locas… el Universo es el Universo (no vamos a empezar ahora con los Multiversos, y si hay más, y las cuerdas y Calabi-Yau y no se qué más). Yo particularmente no tengo duda de la existencia del Universo físico. Ahora, una cosa es que exista, y otra es cuan «accesible» nos es. Cuando miramos una piedra, o el Sol, o una montaña o medimos electrones, vemos colores, tocamos y olemos, pero qué estamos haciendo? Estamos «interactuando» con la realidad de manera que creemos que estamos accediendo a «la realidad» directamente. Pero no sé, si bien creo que la realidad es algo que está ahí afuera (o mejor dicho, acá adentro! dentro de mí debe haber realidad… o no?), hoy por hoy nos estamos acercando -quiero creer que acercando- bastante despacito. Podría pasar que nos acercáramos asintóticamente, por lo que en ese caso, la realidad por definición tiene que existir, como eso que está aunque sea infinitesimalmente más allá de lo que podemos sensar, modelar, y demás. O está ahí, y un día llegamos, y nuestro comprendimiento entonces sería total de la realidad. Pero qué realidad?

Si el Universo está ahí afuera (y acá adentro, too), nosotros no somos más que una prolongación. Me cuesta mucho creer que podemos ser algo más que átomos, moléculas, partículas, lo que sea, lo mismo que una piedra, solo que ordenados de una manera muy particular, que bueno, hacen que funcionemos así. Así como funciona. Por lo tanto, nuestros ojos, narices, y manos, son en definitiva, los ojos, narices y manos del Universo mismo. Tengo una concepción casi poética en la cual «nosotros», o sea, aquellos entes físicos portadoras de la «conciencia», somos en realidad un pedazo conciente del Universo. Somos básicamente las herramientas con las que el Universo se sensa, se estudia, trata de comprenderse a sí mismo, por decirlo de alguna manera. No creo que se pueda hacer alguna extensión por el estilo de que si nosotros somos concientes, entonces el Universo también lo es. No. No todo. Pero sí una parte. Dado que formamos íntegramente (sí, para mí, íntegramente, nada de almas o cosas loas que vienen de otro lado) de él, nuestra búsquda de leyes/explicaciones/llámelo como quiera, es en definitiva la forma en que una parte del Universo busca explicarse a sí misma, y a todo el resto. Si el Universo entero estuviera funcionando gracias a una ecuación, por ahí super compleja, no sé, por ahí más complicada de lo que yo pudiera imaginarme ever in my life, y nosotros la encontráramos, la pudieramos plasmar, qué quiere decir eso? Más aún, y esta va de yapa (aunque ya la formulé alguna vez): Si una vez que conocemos esta «Ecuación del Universo» la ponemos a correr en un análogo a una super, mega, ultra archi computadora, quiere decir que ahora ahí está «corriendo» un Universo entero? nuevo? Sí, ya sé ya sé, mejor no empecemos con las implicaciones tipo Matrix porque nos iríamos al carajo.

Pero bueno. De nuevo. Existe algo? Existe todo? habría que definir existir. Si por definición es algo que «se puede medir», habría que definir ese «que se puede medir». Porque si no existe quien lo mida, entonces no se puede medir!. Antes de que «existieran los humanos» o cualquier cosa conciente que existiera, nadie «»»»»»»»»»»medía»»»»»»»»» nada, por lo tanto no existía nada? No creo que sea así. Existía y ya. Por qué existía? Porque «estaba» y ya? Uff, qué complicado. Y usted? Lo que usted considera «su yo», existe? es real? Y… respuesta para eso, no tengo. Sí sé que me parece re loco (perdón por el término poco científico) que exista la «conciencia». Que de repente nosotros, una parte del Universo pueda preguntarse si realmente existe. Visto así, es casi poesía pura!. Usted… algo es. Pero probablemente no es tan único como cree ser. Pero creo que eso es tema para otro post.

De hecho, creo que TODO este post, da tema para otro post. Así que probablemente, continuará. Ahh, sí, qué mierda no? Pareciera que no se llega a ninguna conclusión, por ahí? Bueno, jódase, concluya usted. Por ahí la próxima tiene un poco más de cierre.

Un consejo

Es tarde, y estaba en la cama, tratando de dormir. Luces apagadas, y demás. Dando vueltas en la cama, me asaltó una de las cuestiones que generalmente me asalta.

A veces termina el día y hago el balance, y pienso «¡qué gran día!», y pienso en todas las cosas lindas/buenas/agradables que pasaron (como hoy), y una especie de sentimiento de realización y/o satisfacción me llena hasta que (no puedo evitarlo) de repente pienso «¿y para qué?». Sí, qué importa que ahora sienta eso, me sienta así. ¿Qué es sentirse así? ¿Qué es sentir, en definitiva? Para empezar tendríamos que definir qué es que alguien «sienta». ¿Qué sería algo así? ¿Un ser sintiente vendría a ser algo capaz de procesar información de cierta forma, de manera tal que en respuesta a eso que procesa tenga manifestaciones fisiológicas análogas a lo que conocemos como «miedo», «felicidad», etc? . No sé, soy muy amigo de las definiciones, pero en este caso en particular y al menos ahora no me interesan mucho. Sí, hoy estoy contento porque hice tal o cual cosa, estuve con tal o cual persona, me compré tal o cual cosa. Y? El famoso «son esas pequeñas cosas…». Sí, demasiado pequeñas por ahí? No digo que haya que quitarles valor. Pero al final del día (y no me refiero al «día» de 24 horas), se termina, tiran del enchufe, y? Y qué hay? No hay nada. Si usted se sentara a mirar detenidamente a una hormiga que camina por el pasto, sin rumbo aparente, de trayectoria casi errante (que no siempre es así) y de repente se topa con algo que podría considerar «comestible» (no se comen lo que encuentran, si no los hongos que crecen en lo que encuentran) y de repente se pone como loca, camina rápido, trata de mover ella sola eso que encontró, y si no reclutra otras hormigas. Si uno estirara el concepto de «analogía» casi hasta romperlo, uno podría decir que esa hormiga se pone «contenta».

¿Qué pelotudez, no? Una hormiga contenta.

Usted, yo, todos nosotros, somos hormigas felices (cuando lo estamos). Mire para arriba. Y ahora más allá. No es nada, asimílelo. En general (no siempre) las cosas que hacen a lo que llamamos «nuestra felicidad» son incluso más insignificantes que la insignificancia de nuestra existencia (por lo menos insignificante, generalmente, de manera individual).

Ya en algún lado en otro post hablé algo sobre «el sentido de la vida», y que además no tenía sentido plantearse eso. Porque cuando digo «sentido», no es desde el punto de vista casi bíblico en el que pareciera que la vida tiene un «propósito». En ese sentido, la vida no tiene sentido (pum). Pero más allá de eso, tiene que haber alguna forma que vivir no sea al pedo, no? Digo, vivir es insignificante, no tiene propósito, pero podría argumentar de varias maneras que sencillamente «está bueno»; y dado que pudiera elegir, si vivir eternamente como una piedra, o 90 años vivo, elegiría la 2ª, así que tan boludo no soy. Pero debiera haber un nivel de satisfacción mayor que el de «satisfacción personal» (que no digo que no sea necesario) para que no sea tan al pedo. Un nivel de satisfacción más altruista, si se quiere.

Como dije en otro lado, me gustaría, por decirlo de alguna forma, «saberlo todo». Y para qué? Para que no se/me haga planteos semi-exóticos, supongamos que entre «saberlo todo» está incluso saber fehacientemente que no se puede vivir por siempre. OK, lo sé todo, y? Eso me causa satisfacción? Igual me voy a morir. En una escala de 1 hora, mi alegría sería enorme. En una escala de 10 años por ahí también. Y en 100? y en mil? Y en la escala de tiempo en la que se mide la vida del Universo? Nada. Cero. Un susurro en el viento.

Un hecho notorio, que si bien no pasa para nada desapercibido, no se le da la atención que se merece (a veces), es la ausencia del otro. Quien es usted en ausencia del otro? Usted no es nadie. Si usted vive en función de poder usted vivir medianamente bien, siempre y cuando usted pueda tener una cierta cantidad de ahorros para tener una vejez digna, y se preocupa por tener usted el mejor auto de la cuadra, o usted la casa más linda. Incluso si es de aquellos que piensan que usted ya es grande y tiene que hacer lo que le de placer y sus hijos, bueno, que se jodan, total tienen un futuro por delante e irán a terapia (no se espante, no estoy inventando, conozco gente que piensa así), bueno, entérese que usted es un sorete.

De qué sirviera que yo intente (sé que no voy a lograrlo) «saber todo» (sí, entre comillas, es un decir) tratando de descubrir algo, aunque sea algo chiquito, si eso de alguna manera no queda de legado y no sirve para otro? Tiene un poco que ver con el primate que todos llevamos dentro, no? Hay un sentido de satisfacción más primitivo, más elemental y menos elaborado, muy personal, que tiene que ver con «¡cómo me satisface esto que es para mí!«. Pero, creo yo, hay otro sentimiento, más elusivo y difícil de abordar porque a veces incluso se puede llegar a contradecir con aquel sentimiento primordial más enraizado en nuestra esencia de satisfacción personal, que tiene que ver con una satisfacción, si se quiere un poco más abstracta, en función de lo hecho para/por el otro. El otro es cualquiera. El otro es su hermano, su hijo, su vecino, la humanidad. Sin el otro usted no es nadie, porque el otro lo resignifica a usted constantemente. Usted puede tener una vaga idea de lo que es «su esencia», pero no termina de estar definido jamás a no ser que sea visto bajo la lupa de los otros.

Si no quiere vivir una vida al pedo, supongo que en principio tendría que resignificar alguna/s de su/s meta/s u objetivo/s de manera de que tenga sentido a la luz de una especie de «beneficio común» que no se limite a usted mismo. No, no significa que tenga que descubrir una vacuna. Ni salvarle la vida a nadie. Creo que se entiende. Trascender para sí mismo, no es trascender. Trascender es trascender hacia afuera, hacie el resto de la humanidad. Y con trascendencia no me refiero a estatuas ni cosas por el estilo, eso es una pelotudez. Muchísima gente ha trascendido en la vida, y tiempo después es probable que no se recuerde su nombre si quiera. ¿Y cómo trascendieron entonces? De nuevo, si se hace esa pregunta se está confundiendo trascendencia con fama. Trascender es, a mi entender, que usted, su esencia, ya no están. Pero usted hizo algo (ojalá por voluntad propia, y no por coincidencia, pero bueno, puede pasar), que fue más grande que usted. Que lo trascendió, que viajó y tuvo consecuencias más allá de la finitud de su propia existencia. Que movió algo, tocó algo, activó algo en otro lugar (no me refiero a un lugar físico, se entiende), que de alguna manera sirvió aunque sea por un infinitésimo a mejorar algo.

Mi consejo: trascienda.

Think

Seguramente usted alguna vez jugó al tatetí. O si no, es probable que por lo menos sepa en qué consiste. Básicamente, un tablero de 3×3 en el que dos personas dibujan algún símbolo por turnos en los casilleros de manera que gana aquel que logra anotar 3 símbolos «en fila», ya sea horizontal, vertical, o diagonal. Es posible que durante alguna partida haya pensado cosas como «voy a empezar por el centro» (que no necesariamente es la mejor estrategia) o «ojalá no use ese casillero porque si anoto ahí gané». También es posible que una vez que haya jugado un par de partidas haya desarrollado su «técnica ganadora». Infalible. Letal. Pero algunas partidas más y de repente se da cuenta que está en un dead end, usted trata de usar su estrategia, su oponente la de él, y a las 2 o 3 jugadas usted ya puede ver cómo va a terminar el partido (siempre y cuando asumiendo que su oponente es un jugador racional que no va a cometer ningún error evidente).

Ahora, ¿usted hizo ese concepto algo más extensivo? ¿A qué me refiero con extensivo?. Podríamos pensar que, en el momento de definir las reglas del tatetí, uno automáticamente (aunque de manera implícita) también acaba de definir todas las partidas posibles. A saber, le dimos existencia a un conjunto de «partidas posibles», donde cada elemento es una partida completa. Y a medida que se juega, mediante un algoritmo bastante sencillo se van eliminando elementos. Por ejemplo, usted comienza con una cruz en el centro. En ese momento acaba de eliminar todos los elementos que no comienzan con una cruz en el centro. Y quiero dejar claro, cada elemento no es una «jugada», sino una partida entera (aunque podríamos definir a las jugadas, en cierto orden, como elementos de un subconjunto, pero eso no nos importa). Usted ahora tiene el conjunto de todos los elementos que son partidas que comienzan con una cruz en el centro. Luego su oponente realiza una jugada, y así sucesivamente van descartando los distintos elementos del conjunto «partidas de tatetí» (cabe destacar que hay varios elementos que son equivalentes por cuestiones obvias de simetría), hasta que cuando la partida «finaliza», usted y su oponente han «realizado» un elemento de entre todos los que pertenecen a dicho conjunto. Pero usted ahora está pensando «¿cómo que lo «he realizado»? ¿en qué sentido es real ese conjunto de todas las partidas?». Bueno, eso mismo le pregunto yo a usted. ¿En qué sentido es real?. Podemos pensar, como dije antes, que una vez definidas las reglas, también quedan ya planteadas en un universo platónico ya todas las combinaciones posibles de esas reglas, a saber, todas las partidas posibles. Tienen una existencia «real» pero no real como real (sin comillas). Existen todas en un plano que en el nuestro real es de existencia potencial, y a medida que se desarrolla un juego, se va seleccionando progresivamente hasta que uno de los posibles juegos se realiza.

Pero piénselo. Ese conjunto de potenciales juegos, es finito (como opuesto de infinito, no de grueso). Probablemente no sean muchos los elementos del conjunto «partidas de tatetí». Si uno fuera conciente de todos ellos podría optar desde el principio qué camino quiere seguir, porque podría haber alguno que desde el comienzo nos garantiza un «gano o empato», en vez de ir decidiendo sobre la marcha. Pero para el plano de existencia del conjunto de las partidas es indistinto, ese ya existe antes de que usted las pueda visualizar a todas o no.

Piense en el ajedrez. Presenta algunas complicaciones, como por ejemplo el infinito (no un infinito muy malo, hay peores, pero es un infinito al fín) porque por ejemplo puede darse el caso en el que quedan piezas en el tablero que después pueden moverse indefinidamente sin nadie que gane, pero podemos poner reglas que pongan un corte a la cantidad de movimientos para poder declarar un empate, lo cual hace que el número de elemenos del conjunto «partidas de ajedrez» vuelva a ser finito. Sí, entienda que cualitativamente, la diferencia entre infinito y un número cualquiera, por más grande que sea, aunque fuera un millón de billones de trillones de cuatrillones de quintillones multiplicado a su vez por el número de avogadro, es importantísima. Entonces, una vez definidas todas las reglas del ajedrez, también le dimos realidad a todas las partidas posibles, que son elementos del conjunto. Cada vez que el ahora difunto Bobby Fisher, Capablanca, usted, yo, o cualquiera mueve sus piezas, en realidad no hace otra cosa que descartar elementos del conjunto hasta realizar uno, al igual que con el tatetí. El tema es que es muchísimo más difícil imaginarse todos los posibles elementos del conjunto «partidas de ajedrez», ¿no?. Hace un tiempo busqué al respecto, y encontré que hubieron intentos de calcular todas las partidas posibles, pero que es un esfuerzo de cálculo espectacular y que al menos hoy por hoy, no es algo -al menos fácilmente– realizable. ¿Y entonces? Imagínese que existiese un libro, gigante, enorme, no me importa de cuántas páginas, donde se publicara el resultado de ese cálculo. Todas las partidas de ajedrez posibles. ¿Usted cree que tendría sentido «seguir jugando al ajedrez» ahora que seríamos concientes que solamente estamos «eligiendo de un menú», por decirlo de alguna manera?.

¿Sigue sin creerme que esas partidas existen? Sígame con esto: una vez que uno define los axiomas (que serían equivalentes a las reglas) de la geometría euclídea, ¿usted le pediría a alguien que le dibuje (que de por sí es otro problema, porque es una representación solamente) todas las rectas, o todos los puntos, para creer recién que es real que existen los puntos y las rectas? Porque convengamos que los «puntos» y las «rectas» solamente existen en el mismo plano que ese conjunto de «partidas de ajedrez», y no en donde existe un caballo o una torre. Pero ahí no tiene tanto problema (o por ahí sí) en creer en su «existencia». Más bizarro todavía, podemos pensar que una vez que se sentaron las bases de la geometría, todos los teoremas (que podríamos definir como «afirmaciones que son ciertas y demostrables a partir de los axiomas) también automáticamente existen, aunque no sean evidentes. Cuando se demostró por primera vez el teorema de Pitágoras, o cuando se lo descubrió, o cuando ustedes quieran, no se inventó nada, si no que se metió la mano en esa bolsa que es el universo de «combinaciones de axiomas» y se sacó una combinación particular de aquellos axiomas que dieron como resultado dicho teorema. Podríamos decir que, en principio, no se crea nada más que los axiomas (o las reglas) y a partir de ahí lo único que se hace es descubrir o hacerse conciente de todas las implicaciones que traen ese conjunto de reglas o axiomas ya creados.

¿Esto le parece radical? Bueno, pero recién empezamos. Cuando le dije «hagamos la idea extensiva», esto es solamente la primera parte. Lo que voy a decirle ahora podría llegar a llevarnos a un cierto problema con el infinito, pero no me voy a meter ahora con eso.

Yo usé como punto de partida, de manera totalmente arbitraria, la «creación de las reglas», a partir de las cuales deriva toda la cuestión. Pero piénselo. No creamos las reglas. Podríamos pensar que las reglas, y los axiomas, y cualquier equivalente, también los elegimos de un conjunto de existencia platónico que podría ser «reglas para juegos». Ese conjunto posee como elementos todas las reglas que hemos utilizado hasta hoy, y las que no, y a partir de ellas se pueden construir otros subconjuntos que son todos los juegos posibles, y más aún, a partir de ellos el conjunto de todas las partidas posibles para ese juego. ¿Lo van viendo? Podríamos pensarlo como una pirámide. En la base se encuentran todos los elementos posibles de algún conjunto (el que quieran, no me importa cual) y mediante algún algoritmo vamos reduciendo de manera paulatina o abrupta (realmente no hay una condición necesaria) la cantidad de resultados posibles hasta realizar uno de los potenciales candidatos. ¿Y qué pasa con los otros? Nada. Ahí están. Su existencia es independiente de cuán frecuentemente les echamos mano, si es que alguna vez lo hacemos.

¿Y cuán para atrás podemos remontarnos?. Bueno, acá está el desafío mental. Podríamos remontarnos mucho para atrás, con pasos intermedios muy interesantes, pero lleguemos a uno que me resulta muy atractivo: ¿Hay potenciales «leyes de la física», por ejemplo? Dado un conjunto determinado de variables posibles, podría existir (potencial o realmente, ya no me importa mucho la distinción) donde la gravedad fuera distinta? ¿u otras constantes fundamentales como la carga del electrón, por ejemplo? ¿Cómo serían esos universos? ¿Es nuestro universo entero una realización de entre posibles universos? Acá es donde usted, querido lector, tendría que hacer la siguiente objeción: «No tiene nada que ver; en los casos expuestos anteriormente, era la mente humana la que «creaba» y luego pasaba por ese proceso de «selección», acá no hay nadie que juegue ese papel». Algo así.

Lo de si podría haber universos con otras leyes o constantes fundamentales, es un tema a tratar demasiado bizarro incluso para este blog, y por lo menos ahora no pienso meterme en eso. Podría seguir escribiendo, pero no es momento. Habrá segunda parte. Ya sé que había prometido escribir sobre otra cosa, pero esto me pareció mejor. La segunda parte supongo va a estar buena. Gato vivo, gato muerto, Everett, MWI, y demás. Sean felices.

PD: Piensen si se anula, cuánto se anula, cuánto se modifica, o no, el razonamiento anterior teniendo en cuenta explícitamente que son 2 las personas que «en realidad» determinan el juego que finalmente se realiza. También considere que usted elige (en principio) uno de entre potenciales rivales; donde podríamos hacer extensivo el conjunto «partidas de ajedrez» no solamente a todas las partidas posibles si no que fuera el conjunto de todas las partidas posibles entre todos los jugadores posibles. El cambio en sí es trivial, y el conjunto si bien se hace muchísimo más grande sigue siendo, pues, finito.

Popurrit bizarro-¿filosófico?

Hace un tiempo llegué a una especie de conclusión poética — ¿Qué es una conclusión poética? Bueno, no sé, fue una conclusión, pero no la creo, me parece una linda imagen, nada más– que, el Universo, en caso de ser totalmente autocontenido (que no hubiera nada pero nada por «fuera» del mismo — en definitiva el Universo es adiabático, o no?) no existe al pedo simplemente porque estamos nosotros: Los seres vivos concientes.

Imagínese que de hecho nuestro Universo es una burbujita entre muchas otras burbujitas. Si quiere, piénselo a lo final de Men in Black. Piénselo como quiera, no me importa. Como una burbujita que aparece en su vaso de coca cola y se hincha y hace plop. En nuestra escala de tiempo, la existencia del Universo es larga, son tiempos muy grandes. Pero eso es relativo (y no estoy apelando a la relatividad en términos del Sr. Einstein). Mucho, poco, despacio, rápido. En realidad en escalas cósmicas nosotros no somos nada, el Sol anda por la mitad de su vida, desde que todo empezó hasta hoy no pasó nada.

Qué triste que sería que se forme todo lo que hay en el Universo, todo lo que existe… y que nada (o nadie) lo sensara, verdad?. De hecho, existía el Universo físico como tal antes de que alguien empezara a procesarlo y sensarlo? Imagínese si durante todos los miles de millones de años que existiera este Universo todo terminara en nebulosas, constelaciones, agujeros negros, galaxias, estrellas, enanas blancas, supernovas… pero no hubiera «vida». Todo habría existido sin nada que lo sensase (aunque «sensar» es relativo… ¿2 electrones que interactúan se están sensando?) y más aún, que lo interpretase.

Eso me llevó a pensar que, en definitiva, no éramos más que los sentidos del Universo. Somos sus ojos, su nariz, sus oídos. Nosotros estamos, obviamente, incluídos en el Universo. ¿Somos las herramientas del Universo para sensarse a sí mismo? ¿Para interpretarse a sí mismo?

Esa línea de razonamiento, llevaría a pensar que entonces el Universo tiene que existir por un propósito. No sólo eso, si no que nos devuelve a un lugar de privilegio (esto creo que lo dije en otro post). De alguna manera nosotros (o no necesariamente nosotros, pero «la vida») estarían en el centro, el eje, de la existencia del Universo mismo. Es una concepción antropocéntrica. Y está bastante relacionado con lo que es el Principio Antrópico. Y con varias dudas que tiene mucha gente sobre si lo «bien tunneado» que está el Universo para que exista la vida de alguna manera son casualidad o no.

Y eso me lleva a pensar muchas cosas. Por un lado, pensar así es medio cuadrado. Que la carga del electrón, o cualquier parámetro X que parece «bien ajustado» para el tipo de vida que nosotros conocemos no quiere decir que si tuvieran otro valor, no podría haber otro tipo de vida.

Además, de alguna manera la vida es, en definitiva, una propiedad emergente. Y el hecho de creer que el Universo tiene que existir por algún motivo, o no, o lo que sea, es totalmente teleológico. Nos gusta lo teleológico. Está como incrustado en nuestra forma de pensar, de concebir las cosas. Y todo lo que escribí hasta ahora era simplemente para lo que pensé hoy, que era ver cómo ante lo pequeñito de nuestra mente, tratamos de generalizar todo a partir de lo poco que vemos o hacemos.

En principio, muchas (no sé si decir todas) las cosas que hacemos, las hacemos con una finalidad, porque nosotros tenemos «voluntad», y «conciencia» y mil cosas más que nadie me podría definir en menos de 3 renglones (a menos que me las defina mal). Entonces extendemos esa forma de operar, y creemos que las jirafas tienen el cuello más largo porque «lo estiraron para comer las hojitas de más arriba». O que si estamos es porque Dios nos creó. O que el Universo existe para… o lo que sea. Está asociado a las capas más íntimas de nuestro razonamiento. Pero eventualmente puede uno desprenderse de eso.

Ahora, si uno postula que todo en el Universo ocurre sin una finalidad, por qué creer que nosotros somos especiales y que nosotros actuamos con un fin determinado. ¿Y si es una ilusión? ¿Y si somos un sistema que simplemente es una suma de múltiples (millones de millones) de inputs que actúan de «causa» y nosotros actuamos como «consecuencia»? Nosotros podemos postular que decimos o pensamos que hacemos algo porque tenemos una finalidad tal, pero por ahí cuando todos los estímulos o inputs que procesamos y pasan por nuestro filtro, incluso el creer que hacemos algo porque lo elegimos hacer para un fin determinado también es una consecuencia de eso, y nosotros no decidimos nada per sé. Como si nosotros serrucháramos un árbol y lo empujamos, y de repente el árbol pensara «ahora me quiero caer». ¿Será así? ¿Seremos una especie de suceción infinita de causas/efectos?.

Bueno, yo, en particular, creo que no. Creo que no es así como operamos nosotros. Creo que legítimamente podemos decidir y hacer cosas con ciertas finalidades (obviamente que el medio y las circunstancias, etc, etc nos condicionan). Tengo fundamentos para creerlo, no lo creo como una cuestión de fé, sino que realmente pienso que debe ser así en función de lo que por lo menos se sabe hoy del andamiaje sobre el cual se teje todo lo que nos rodea y nosotros mismos, que es la física. Pero no tengo ganas de darles mis argumentos, porque además son sólo eso, argumentos, no tengo una demostración (y acá alguien puede decirme que si lo creo sin demostración, entonces es cuestión de fé… bueno, puede ser). Pero bueno, eso no más, quería compartilo.

A veces mis posts pareciera que les falta una conclusión, pero no, en mi mente existe el deseo profundo que la conclusión sea la discusión con otra gente en los comentarios. Pero eso no pasa! En fin. Se lo pierden (y me lo pierdo).

WTF!

Buenas gente. Creo que tenía cosas interesantes para escribir, pero me las olvidé. Me suele pasar. Pero no os preocupeis que ya volverán.

Por ahí a ustedes les resulta aburrido, pero a mí esto de ver qué busca la gente y en base a qué llega a mi blog, me fascina. Como ya dije antes, alguien llegó buscando «angustia fin del universo«. Otro fue «como hacer que un depresivo vaya a» y «QUE ES DEPRESIVO«.

Hay otras cosas, varios llegan por medio de la esfera de Dyson o cosas como «beneficio cosmológico» que no sé lo que es pero me voy a poner a buscar porque por ahí es algo interesante.

Pero bueno. Lo que me pregunto es, qué pensará alguien que es depresivo en serio, cuando lee mi «NO es un post depresivo!». ¿Se deprimirá más? Realmente no es la idea. Creo que la idea es que, a pesar que todo tiene fin, eso no es necesariamente triste. Bah, qué se yo. Igual no soy psicólogo y no sé qué es lo que hace que un depresivo sea depresivo. No lo sé. Tampoco voy a decir que espero que mis posts «les arregle la vida», pero realmente siento mucha curiosidad.

Ya sabemos de alguien que lo leyó y decidió que va a vivir la vida plenamente, lo cual es una satisfacción!. Y con respecto a «angustia fin del universo»… no sé. ¿Y si no hay fin? Nuestro pensamiento es finito, muy acotado. Lo que hoy asumimos como verdad, es más «presunción» que «verdad«. No sé, por ahí todo lo que hoy pensamos es un bodrio que nada tiene que ver con la realidad.

De hecho, ¿qué es la realidad? No sé. Pero uno podría decir que en realidad (pum) la realidad nos es inaccesible, porque nosotros la vemos, la procesamos, la amasamos, le asignamos nombres, etc etc y en todo eso se deforma, y que la realidad es ese objeto que hacemos pelota y que está más allá de nuestro alcance. Como que la realidad es algo «objetivo» (¿?) que existe y nosotros a nuestra triste y humilde manera para entenderla la deformamos y después la reformamos para darle cierto carácter. Y podríamos decir que dentro de los marcos teóricos que nos movemos nos acercamos siempre un poco más a la «realidad».

Podríamos argumentar que hoy estamos más cerca de la realidad cuando entendemos por qué cae una manzana en función de la relatividad general en lugar de la mecánica newtoniana. Pero si esa fuera la forma de abordar la cuestión, eso quiere decir que «La realidad» es una frontera a la cual nos aproximamos, y cada vez que reformulamos nuestra visión del mundo podríamos pensar que -sin considerar el tema de los matices que cada uno puede asignar a cuestiones que son de claro carácter subjetivo por lo menos hoy por hoy- de alguna manera estamos cada vez más cerca.

Ahora, si realmente hay un límite, si hay un lugar al que podríamos llegar pero que NO FUERA «la realidad», porque aunque pasaran los milenios, los millones de años, hay condiciones de contorno inherentes a nuestra existencia que harían que no pudiéramos llegar a una descripción de la realidad, eso implica muchas cosas. Para empezar, eso querría decir que hay cosas que suceden que son totalmente «perpendiculares» a nuestra existencia. O sea, que no hay nada, ni un mini mini indicio que venga desde esa «capa», porque si la hubiera, podríamos trabajar con ella como para describir aunque sea alguna propiedad de eso que entonces no nos sería tan inaccesible.

Pero por otro lado, si efectivamente hubiera una frontera final de nuestro posible conocimiento… ¿no sería ese límite «la realidad»? Para mí sí. No tendría sentido pensar en algo más allá, porque si para toda nuestra existencia, e incluso la existencia del Universo mismo, existiera una capa que nos resultara totalmente inaccesible, no tendría sentido siquiera plantear su existencia, porque entonces «la realidad» pasaría a tener el mismo carácter de otro concepto bastante cuestionable que es «Dios». Dios… como que está, pero no está. Como que no lo podés medir, ver, ni tocar. Creer o no que existe es meramente cuestión de fe. Básicamente sería lo mismo creer que puede haber una capa última de realidad que nos es inaccesible.

Esto se escribió sobre la marcha, ni siquiera lo iba a escribir. Veo que está horriblemente redactado, y la cantidad de veces que escribí «realidad» es un desastre.

Para el que no sabe: WTF es abreviatura de what the fuck

NO es un post depresivo!

Por ahí porque es de noche tarde, tarde mal y debería estar durmiendo. Pero en realidad no es por eso, porque es algo que cada tanto se me cruza. Y la verdad, es que no voy a hablar de nada nuevo, no solo el tema es viejo, si no que no voy a decir nada nuevo sobre el mismo, y no solo eso, si no que sea lo que sea que esté por escribir estoy seguro que ya se dijo mejor. Creo que a veces puedo describir bien las cosas, pero he leído gente que escribió sobre esto con una profundidad y un sentido casi poético que la verdad no voy a alcanzar (pero lo bueno es que tampoco es mi intención).

Dígame, querido lector/a: Usted seguramente, en algún momento de su vida, habrá entendido en profundidad (pero no un «si… claro que va a pasar…») que va a morir. Lo cual puede verse tanto como algo sencillo y natural, o como algo que realmente se merece toda nuestra protesta, que nos da derecho a gritar y patalear.

Si a usted le dijeran que va a morir en una semana, ¿qué haría? Pero no me refiero a una especie de pronóstico de horóscopo chino, me refiero a si le dijeran con toda certeza. Sería un desastre, ¿no?. Sí, probablemente se le cruzarían mil cosas por la cabeza… ¿cómo puede ser? ¿tan rápido?. No soy psicólogo, pero probablemente pasaría por todas esas fases de negación, aceptación, y no sé cuántas cosas más. ¿Y después? ¿Vendría una especie de «tengo que aprovechar el tiempo que me queda»? Es una posibilidad, y de repente llamaría a toda la gente que quiere pare decírselo, le pediría perdón a todos aquellos con los que quiere «despedirse en paz» (qué frase de mierda), etc. ¿Y más adelante? ¿La listita de las cosas que me quedaron por hacer y nunca hice?. Sí, la verdad que no sé, no sé qué sería una reacción normal.

Pero ahora imagínese que le dicen «Te queda un día de vida». Epa… un día… desesperación total. Panic Attack. ¿Y ahora? Ahora sí que te quiero ver… ¿a coger que se acaba el mundo? ¿Imposible de predecir cómo reaccionaría? Como que un día es muy poco, ¿no? ¿Por qué mierda no fue con mayor aviso? Como que un día es demasiado poco tiempo para saber con anticipación pero mucho para desesperarse rumiando lo que hacer.

Pero se puede hacer más fácil. ¿Y si le dicen que en una hora? ¿Increíble, no? Pero ahí creo que terminaría ganando la resignación pura… ¿Una hora? ¿Y si fuera un minuto? Zas, eso ya es una mierda. Ya no hay nada que hacer… me tiro al piso mirando el cielo y me pongo a contar pajaritos. Ni tiempo de procesarlo prácticamente… para qué te vas a desesperar al pedo si antes de que termines de entender bien todo ya vas a estar muerto (sí, muerto, nada de «en la otra vida», o «reencontrándote con la gente del más allá», eso no existe).

Y sí. Pero ojo, probablemente tampoco te angusties tanto si te digo «en 30 años». Me vas a decir «Eh… ¿en 30 años? Bueno… 30 años es mucho, y por ahí es lo que llega a vivir cualquier persona, y ni se entera que se muere… no me voy a hacer drama por eso ahora» Y sí, a menos que usted sea un neurótico obsesivo de primera, probablemente no entre en el mismo estado de desesperación que si fuera en una semana. ¿Pero cuando cambia esto? ¿En 20 años? ¿en 1? ¿en 1 mes?

No sé, en algún punto la inminencia parece ser terrible. Y es así. La pregunta, señores y señoras, no es «¿por qué vivimos?», «¿por qué morimos?», o en buen romance «¿para qué mierda nazco si después me voy a morir y fue todo al pedo?». No, no es esa, porque tampoco es tan así. La pregunta en realidad es: ¿no le parece un poco cruel por parte de la naturaleza, que le haya dado la capacidad de hacerse semejantes preguntas, y sufrir por no encontrar respuesta, a seres de vida «finita»? Imagínese qué gracioso si usted fuera un árbol, como esas secuoyas gigantes que viven y viven y viven. Sí, sería un vegetal en todo sentido.

Pero en el fondo todo pasa por lo mismo. Llámelo angustia existencial, llámelo como quiera. Realmente, por más que tratemos de darle un sentido a todo, ¿tiene sentido tratar de darle un sentido?. En principio es una pregunta medio pelotuda, tengo que admitirlo. Pero piénselo, querido lector/a: Nacemos, todo muy lindo. Vivimos, más que lindo. Y al final nos morimos. Si usted cree en Dios/algún Dios (sí, porque asumamos que cuando se dice «en Dios» se refiere al de la mayoría, muy discriminatorio por cierto)/varios dioses/cualquier cosa que no se llame «dios» pero que es algo «superior», entonces usted tiene la vida resuelta. Usted se tiene que portar bien en la vida (sí, claro) y después no se muere, morirse es como una cosa de mentirita, como un estadío intermedio, un break, un recreo, para después seguir haciendo lo que sea, o pagar sus culpas, o vivir la vida loca, en el más allá.

Pero, por suerte, no para todos el cuento termina ahí. Los habemos los que creemos que después de morirse no hay nada. ¿Había algo antes de nacer? ¿A usted le dolía algo antes de existir? No. ¿Y por qué va a haber algo después de morir? ¿o por qué va a doler? ¿o sentirse lindo? ¿o sentirse algo?. Uno deja de existir, uno es finito. Si todavía no lo aceptó, acéptelo.

Pero eso sí, no apague el monitor y se vaya a tirar por la ventana. En definitiva, siempre están los argumentos del estilo «pero aunque yo me muera, si soy un hombre de bien (ojo, esta condición no es absolutamente cierta, piense en Hitler) la gente me va a recordar, y a pesar de haber muerto en realidad sigo vivo en el recuerdo de los otros». Sí, bueno, ¿realmente lo consuela eso a usted? Me alegro. Otro muy bonito es que usted se muere pero quedan sus hijos, y creo que por ahí viene la respuesta, pero la mayoría de la gente (a mi entender) casi la entiende pero no del todo. Sí, usted tiene hijos, y si bien no son un clavel del aire, tampoco son una prolongación suya. No lo haga cargar con karmas paternos (o maternos). No lo haga seguir su profesión frustrada. No es «el padre en pinta». Él es él, usted es usted, y tampoco puede, en medio del viejazo, empezar a vivir la vida a través de los ojos de él ni nada por el estilo. Creo que un perro o un conejo la tienen más clara en ese aspecto. Van, hacen lo suyo, tienen hijos, y jamás se cuestionaron si debían comer la zanahoria o suicidarse porque «nada tenía sentido». –En otro orden de cosas: ¿Sabe qué es la teoría del gen egoista? Más que teoría es una hipótesis. Dice que en realidad no es que los «genes» son lo que usamos de vehículo para perpetuarnos, si no que nosotros somos el vehículo de perpetuación de los genes. Algo así como que no es que la gallina es muy piola y pone un huevo, si no que el huevo pone gallinas (esta metáfora no es mía, es robadísima). Si nunca había escuchado sobre eso, piense al respecto.

Pero volviendo al tema, creo que sí, creo que tener hijos, y nietos, y pasar por las distintas etapas de la vida es una especie de recompensa muy particular. ¿Notó como un atardecer hoy no es lo mismo que hace 10 años? ¿o 15? El atardecer no cambió, usted cambió, y percibe las cosas de manera distinta (esperemos, porque si no puedo en este momento declararlo un inmaduro, o pendeviejo, o como le guste). Todas las estaciones del año tienen su gustito. Sería como pensar que porque un día va a terminar llegando el invierno, no tiene sentido pasar por la primavera. ¿Le parece cursi esto? Bueno, lo lamento. Tiene derecho.

Puede que eso tampoco lo reconforte. Por ahí, cree que existe algo como el diseño inteligente. ¿Sabe lo que es el diseño inteligente? ¿O tiene idea de qué es el principio antrópico?. Si no sabe, pero quiere saber, déjeme un comentario, por lo menos quiero sentir que estoy escribiendo para alguien. También si le parezco un boludo lo puede decir, yo no censuro a nadie. No se olvide: mientras usted crea que yo soy un boludo, yo por default voy a saber que usted es un boludo (¿qué simpático, no?). Pero bueno, en principio uno podría hacer una afirmación «más o menos» (no tengo ganas de decir por qué más o menos) descabellada y pensar que este Universo existe y nosotros estamos acá y eso no es para nada azaroso. Que una de las condiciones de contorno para la existencia del Universo es que haya «vida inteligente» (si usted puede darme una definición precisa de «vida» en 10 renglones, lo aplaudo, y si encima puede definir «vida inteligente», voy a su casa, le toco el timbre y le doy la mano) que pueda sensarlo. ¿Suena lindo eso, no? Como que no suena tan esotérico como «Dios existe y blah blah blah» pero por el otro lado nos devuelve a un lugar de importancia, casi principal, del que nos habían sacado cuando la Tierra giraba alrededor del Sol, no? Sí, piénselo. Si le interesa lo discutimos.

La verdad, es que usted puede pensar tranquilo. Alguna excusa se va a inventar para que no sea todo tan patético. Seguro que algo se le va a ocurrir, ya sea sus hijos, que lo recuerden, etc. Pero, ¿se puso a pensar alguna vez en el destino final del Universo? Sí, alguien lo va a recordar a usted, y así sucesivamente. Pero, sépalo querido lector/a (qué embole esto del /a, si sos mujer no te sientas discriminada si lo dejo de poner)(Y otra nota!!! es increíble como paso de tratarte de «usted» a tratarte de «vos»… es que trato de ser serio pero me cuesta…), como venía diciendo, sépalo que este planeta, este sistema solar, este Universo, tiene los días contados. O por lo menos eso creemos hoy. ¿La estocada mortal? ¿el golpe depresivo final? Qué se yo. Un día el Sol va a estar cerca de apagarse y se va a hinchar. Mucho. Entre todas las fases que va a pasar, va a pasar por gigante roja, y va a ser tan grande, que incluso la Tierra va a estar adentro del Sol (y todo lo que estaba en la tierra, va a quedar hecho a la parrilla). Y lo que viene después es más de terror, así que me lo ahorro.

¿Y el resto del Universo? Y bueno, por lo que sabemos ahora, se aleja y se va… bye bye… mire esas estrellas en el cielo, la próxima vez que las mire (salvo excepciones, pero no me haga trampa) van a estar más lejos. Y así, todo se va a alejar de todo hasta alcanzar la muerte térmica (¡Hasta los agujeros negros se van a morir!) y se supone que nada quedará. Bueno, nada es una forma de decir, pero se entendió. Y si realmente ese fuera el destino del Universo, ¿habrá algo que el hombre o alguna criatura inteligente pueda hacer? No sé, yo incluso llegué a leer sobre términos como «ingeniería estelar»… movemos una galaxia acá, otra para allá… Ojo, no se ría, a ver si cree que hace 100 años la gente pensaba que iba a poder mover electrones, colisionar hadrones, etc. etc. Es un poco cuestión de esperar… pero en fin… para nosotros es un poquito irrelevante porque igual ya vamos a estar muertos. ¿O en realidad no es irrelevante? Ah no sé, piénselo y coménteme.

PD: Para variar no voy a revisar si me equivoqué o no.