Signs of Life

Hola. Está un poco caído esto, pero es same old same old. Ya saben cómo funciona. Y no es porque no tenga cosas para escribir, tengo muchas, pero a veces no sé cómo escribirlas de forma user friendly o si no también pasa que termino escribiendo sobre cualquier otra porque bueno, uno es uno mismo y sus circunstancias y las circunstancias que nos atraviesan son varias.

Pero se me ocurrió sobre qué escribir próximamente, y espero volver un poco a las raíces científicas-ñoñas-geek. Veremos qué sale con eso.

Por lo pronto, no mucho más.

Adieu.

El Eterno Retorno

Hola. Como ya sabrán, o no, soy argentino. Vivo en Argentina. La verdad, las cosas últimamente están bastante mal, en un estado que hace 4 meses no imaginaba. Pensé escribir un post largo al respecto, pero hoy por hoy ni siquiera sé si le encuentro el sentido. Me gustaría esperar hasta el miércoles para ver qué pasa en la marcha convocada a Plaza de Mayo.

Las cosas más básicas que me gustaría que pasen son elementales: Que no aparezca ningún muerto (de ninguno de los dos bandos), que no se voltee al gobierno (2 volteadas en menos de 10 años, sería un precedente demasiado peligroso), y cosas así.

Después, aspirando a algo más, la cosa se pone turbia. Es muy dificil opinar cuando lo que hay es un Boca-River (en el sentido que pareciera haber solamente dos posturas antagónicas posibles) y uno no está con ninguno de los dos. Pero en estos casos donde la opinión está tan polarizada uno pareciera que irremediablemente tiene que terminar alineándose con el «menos malo», porque las medias tintas casi indefectiblemente terminan siendo funcionales para los «más malos».

La verdad no sé qué opina el ciudadano argentino medio. Hay una especie de saturación mediática con el tema del campo, y además es todo confuso. Llega un punto que ya ni se entiende quien para ni por qué, si cortan los agropecuarios o los transportistas, o qué se está pidiendo. Creo que mucha gente se termina asqueando del tema y ya todo le resbala, y quiere que esto termine. Por otro lado hay gente que muestra la hilacha, y terminan apareciendo en el mismo acto personajes como De Narvaez, Bloomberg y la Carrió (me encanta que la Carrió quede pegada y que muestre lo que realmente es, me encanta que diga que hubo una «brutal represión» cuando en realidad no la hubo y era 100% evidente), lo cual dice mucho (demasiado).

Las versiones que circulan son demasiado variadas y demasiado dificiles de comprobar. Que el vicepresidente renuncia. Que Macri y Duhalde se aliaron para voltear al gobierno. O que Carrió y Duhalde se aliaron. O que todos se aliaron, como si fuera un grupito de superhéroes que tienen que matar al más malo de todos los malísimamente malos. Y del otro lado, D’elía que tendría que aprender a callarse la boca. Y así con todo. Es dificil sentar posición, porque estas polarizaciones, como dije antes, terminan acercando gente que no necesariamente quiere -ni siente- estar junta.

Cristina no es de mi agrado. Tampoco Kirchner. Ni casi ninguno de los secuaces que hay en el gobierno (Julio de Vido!!!!). Pero lo que hay en frente me asusta más. Me repugna más. Le tengo pánico auténtico al diagrama de la Argentina futura que ellos presentan. Esto ya no es más por las retenciones, y ese es un punto que estaría bueno que todos tengan claro. Si alguien cree que esto realmente es el conflicto entre un noble trabajador rural que trabaja 20 horas por día y no le alcanza para comer mientras el gobierno le saca todo el dinero, por favor, abra los ojos. Acá se están discutiendo otras cosas, de impacto más profundo, y que tiene que ver con el fantasma que siempre vuelve, con el modelo de país que se viene discutiendo desde el 25 de mayo, desde Saavedra vs Moreno.

Mientras se invocan cosas como que tal o cual cosa es inconstitucional, la verdad es que de ambos lados se cagan abiertamente en la constitución, lo cual hace que uno ni siquiera pueda elegir por un lado o el otro basándose pura y exclusívamente en lo que es legal o no. Pero en este caso, estoy convencido que lo que es peor es el fantasma que vuelve. O que quiere volver. Solamente siendo fachos o boludos podemos abrirle la puerta. No seamos boludos (y me gustaría decir que si no somos boludos, tampoco seríamos fachos, ya uqe todos los fachos son boludos, pero eso no es cierto, hay mucho garca inteligente dando vuelta, y lo único que queda para defenderse es ser menos boludo y avivarse.). Así que reformulo: No seamos fachos ni boludos.

PD: Me gustaría mucho saber qué opinan.

Not good

Hoy venía en colectivo (ómnibus, o como sea que lo llamen donde usted vive) y vi una escena que cada tanto se repite.

Sentada en frente mío, a unos metros, había una parejita. Eran dos pendejos, tendrían 22 años como mucho, y tenían una nena de 3 años aproximadamente. Por lo que ví y escuché, habían salido del zoológico. En un momento, no sé ni por qué, ni nada, la nenita empezó a llorar. No lloraba una barbaridad, no era insoportable, pero lloraba, y la mamá le hablaba y la trataba de calmar. En un momento, de la nada, el papá le gritó (a las dos) «me tenés podrido, la re puta que te parió!» le pegó una cachetada a la nena y se paró y se fue del asiento a viajar parado.

La mamá, se puso a hacer puchero (esto es literla, puso cara de puchero y se cruzó de brazos). El papá se puso a pelotudear con su celular y entonces la nena, que seguía medio llorando, se puso a caminar por el colectivo (que estaba relativamente vacío) mientras este aceleraba, frenaba, etc. Y la nena se caía, se paraba, se volvía a caer, se golpeaba, y NADIE le daba pelota. Iba, se paraba al lado del papá, el papá no le daba pelota, se iba con la mamá, y la misma historia. Después de eso, se armó un hueco de varios asientos en el fondo del colectivo y el papá se fue a sentar ahí.

Acto seguido, la madre agarra a la nena y se la lleva a sentarse al lado del tipo. Y el flaco le dice «Pero hija de puta, me la traés acá? puta! puta de mierda! conchuda!». La nena se puso a llorar, y le pegó y la empezó a zamarrear. La nena obviamente seguía llorando y el papá empezó con «la puta que las parió, no salgo más con ustedes, es una mierda, me cagan las salidas, la próxima vez salgo solo!». Todo esto adentro de un colectivo no-tan-vacío.

Yo en ese momento tenía ganas de pararme, ir a donde estaba este tipo, gritarle que era un impotente pelotudo de mierda que se creía que pegándole a una nenita tenía poder pero era un flor de puto reprimido conchudo hijo de remil putas, y después de eso demolerlo a piñas. ¿Qué pensaba el resto de la gente en el no-tan-vacío colectivo? No lo sé. ¿Qué hicimos? Nada.

Nada.

Seguimos viajando, por ahí nos mirábamos a los ojos con cara de «algo», porque no era cara de «indignación» o de «dolor» o una emoción definida, era cara de «algo». Mezcla de resignación, de «y bueno…», de molestia, de todo. Una reverenda mierda. Y qué se puede hacer? Si me paro, lo cago a puteadas y lo reviento a piñas, el tipo esa misma noche, o al otro día, o en algún momento la va a recontra cagar a palos a la hija. Probablemente a la mujer también. Si TODOS cada vez que viéramos algo así, en vez de hacernos los pelotudos reaccionáramos en consecuencia (que reaccionar no es putear ni pegar, si no desaprobar activamente y hacer la denuncia correspondiente) llegaríamos a algo? yo me imagino que ese tipo va uno o dos días a la cárcel, y apenas sale revienta a palos a la hija. Y la mujer por qué sigue con el tipo? Y qué hace una parejita tan inmadura, infantil, pelotuda, enferma mental, con una hija? Obvio que tienen «derecho», pero también tienen las responsabilidades que vienen de la mano con ese derecho.

Y sí. Una cosa como ésta me puso a pensar en muchas cosas. Primero en lo que es una familia, en el problema de los pibes que garchan y no se cuidan y quedan embarazados, se hacen cargo (o no) de estas situaciones sin ninguna capacidad. En el rol de la sociedad como «vigilante» de sí misma (vigilante no en el sentido de para-policía, sino como forma reguladora de su propia conducta) y la imposibilidad práctica de realizar ciertas cosas. En esa nena, qué mierda es el futuro de esa nena? Por ahí no es tan negro como me lo imagino, pero pinta ser bastante mierda. Y en mí, y los que estábamos ahí, que sea por lo que sea, ya sea porque pensemos mucho las consecuencias («no, mejor no me meto porque por ahí después es peor») hasta los que les chupa un huevo, no nos metemos. Dejamos a las cosas pasar. Por ahí alguno piensa «No tenés derecho a meterte». Yo por el contrario creo que en esa situación tenemos la obligación de meternos y hacer algo.

Tiene que haber algo muy mal con nuestro comportamiento por default. Tiene que haber algo para hacer que de alguna manera sirva de algo. Si no, es como un sentimiento de resignación infinito que es realmente una mierda: Así como está, es una cagada, pero si te metés la cagás peor. OK, entonces para qué vivimos «en sociedad»? Sí, nuestra sociedad es una mierda (y esto MUY argumentable) pero si se llega al punto que no solo pasan «cosas malas» (que además la «gente mala» es producto de la mismísima sociedad, o sea, nosotros mismos, no son extraterrestres), pasan al lado nuestro, las vemos, y no hacemos nada porque realmente creemos que lo mejor es que la cosa siga así entonces es como para preguntarse qué sentido tiene, en absoluto, nuestra «socialización».