Viejo y gordo sol

Hoy es solo compartir esta bonita canción.

When that fat old sun in the sky is falling,
Summer evening birds are calling.
Summer’s thunder time of year,
The sound of music in my ears.
Distant bells,
New mown grass smells so sweet.
By the river holding hands,
Roll me up and lay me down.
And if you sit,
Don’t make a sound.
Pick your feet up off the ground.
And if you hear as the warm night falls
The silver sound from a time so strange,
Sing to me, sing to me.
When that fat old sun in the sky is falling,
Summer evening birds are calling.
Children’s laughter in my ears,
The last sunlight disappears.
And if you sit,
Don’t make a sound.
Pick your feet up off the ground.
And if you hear as the warm night falls
The silver sound from a time so strange,
Sing to me, sing to me.
When that fat old sun in the sky is falling,
Summer evening birds are calling.
Children’s laughter in my ears,
The last sunlight disappears.

No es tan viejo… y de tamaño, es lo que es.

Forwards (o el rugido incesante)

Little fun fact. En 2007, después de un chiquillón de años, Led Zeppelin se juntó para tocar un concierto. Page, Plant, Jones y el hijo de Bonzo aparecieron en el escenario y tocaron un recital que, si bien tiene algún que otro punto bajo (estoy mirando al solo de Stairway), fue memorable por muchas, muuuchas, muuuuuuuuchas razones, como Kashmir, Trampled Under Foot o No Quarter.

Después de ese recital, la gente pensó que vendrían más. Se habló de una gira de 2 años, de un contrato de mil millones de dólares (sí, leyó bien), y no sé cuántas cosas más. Y Page, Jones y Bonzo Jr. estaban de acuerdo. Pero Plant no.

Durante años después de ese concierto los persiguieron por todos lados para saber qué había pasado. Que Zeppelin había ensayado con otros cantantes, que sí querían, que no querían, que Page no podía tocar más, que los ensayos sí, que los ensayos no, etc. Hasta que el año pasado quedó bien pero bien clarito que el motivo por el que no se juntaron fue Plant, que en una declaración dijo, primero refiriéndose a su nueva banda y después a una potencial reunión con Led Zeppelin:

«We’ve been all around the world, setting places on fire and it’s so much better to do that than to bathe in the tepid bathtub of old hits. […]Do you know why the Eagles said they’d reunite when ‘hell freezes over,’ but they did it anyway and keep touring?” he asks. «It’s not because they were paid a fortune. It’s not about the money. It’s because they’re bored. I’m not bored.»

Hay que tener las pelotas recontra bien puestas para eso. La seguridad, el confort de lo conocido. El éxito asegurado. El llamado calentito y complaciente del backwards. Reconfortante como una canción de cuna. Pero no.

En 1969, Plant dice en «Thank You», una de las canciones de amor más lindas de la historia:

If the sun refused to shine, I would still be loving you.
When mountains crumble to the sea, there will still be you and me.

En 2014, 45 años después, en «Pocketful of Golden» del disco «Lullaby and… The Ceaseless Roar», ya desde otro lado, reflexiona:

And if the sun refused to shine
Upon my island home
And darkness fell upon the earth
And once again walk alone

I have pockets full of golden
A little more with every day
Inside my coat a silver lining
Who knows the price I have to pay

No sé a dónde lleva. No sé a dónde apunta. No sé a dónde va. Pero…

Forwards

Backwards

Esto es muy breve, pero merece ser escrito: Recién estaba mirando posts viejos, y me di cuenta que hay uno sobre una canción de Franz Ferdinand en la que el tiempo va hacia atrás pero visto desde la perspectiva de una relación, que lo escribí hace ya unos meses varios, y otro sobre el final de The Theory of Everything que… básicamente son lo mismo, pero en su momento era imposible saberlo y recién ahora me di cuenta. En la peli (spoilers) en la última escena empiezan a rebobinar (wind back the clock) hasta el momento en el que los dos se conocen, y todo pasa hacia atrás. Exactamente como la canción. Salvo que la película la vi después.

Lo loco es que, visto en reversa, pareciera que puse la canción en honor a la película. ¿Me estaré moviendo hacia atrás y no me di cuenta? Hay evidencia contradictoria, indicios de que voy hacia adelante a terreno inexplorado, pero también de que voy hacia atrás. Tal vez revisitar lo anterior desde una perspectiva distinta también forma parte de lo nuevo. Tal vez es autoengaño.

Trance

No deja de asombrarme cómo es que pequeñas cosas pueden influir en grandes cosas. Woody Allen lo muestra en varias de sus películas, como Match Point. A veces se da que, en ciertos momentos, eso que uno dice o hace, ayuda a que la moneda caiga para un lado o el otro y luego un efecto amplificador hace que esa pequeña cosa dicha o hecha repercuta y reverbere, tal vez para siempre. Y no, no me refiero el rol del «azar» (suponiendo que tal cosa exista), si no a que, al menos en mi caso, en el momento justo exactamente antes de decir o hacer eso, dudo, pienso, me cuestiono, porque me doy cuenta que estoy en un momento en el que eso que esté por decir o hacer va a producir una bifurcación de resultados posibles. Y lo que «decide» qué camino se transita, generalmente está determinado por la reacción del otro. A veces pienso que en este aspecto no soy muy afortunado porque «casi nunca ocurre lo que quiero», pero después lo vuelvo a pensar y ya no estoy tan seguro de eso.

Y después hay momentos como estos, en los que en vez de ser el ratón en el laberinto, miro el laberinto desde arriba y pienso «no, no tendría que haber dicho esto» o «tendría que haber hecho tal cosa». Y si bien da una sensación de omnipotencia e hiper-control cuasi-satisfactoria tener una visión de la vida «mirando-al-ratón-en-el-laberinto», cada vez estoy encontrando más placer en dejar de evaluar todo y simplemente ser el ratón y darme el lujo de cada tanto perderme en un laberinto que obviamente tiene salida, que obviamente es sencilla, pero eso es fácil decirlo mientras no se transita. Nunca es tarde para aprender que hay belleza en perderse en el tránsito, en confundirse y equivocarse y simplemente vivenciarlo.

Intempestivo

Recién venía caminando a la madrugada. No es luna llena pero casi. Pensé que podría estar acá, allá, que incluso si quisiera algún día podría estar en la luna. Pero no importa, pensé, porque donde esté igualmente me faltaría algo. No tiene sentido, pero lo pensé.

La flecha del tiempo

Aclaro desde este instante que este post va a tener de mediano a poco rigor científico, porque a veces estoy in the mood para la ciencia, a veces in the mood para otras cosas, ya veces 50/50. Esto es medio 50/50. En algún que otro libro de divulgación se pueden encontrar diversas discusiones sobre por qué «el tiempo siempre va para adelante». Dado que es una «dimensión mas», y en el resto de las dimensiones (espaciales) uno puede moverse en un sentido y en el otro, ¿por qué el tiempo siempre parece ir en un único sentido? ¿Qué implicancias tendría si el flujo pudiera ser bidireccional?.

Y ahí aparecen las discusiones sobre las flechas del tiempo, que si tienen que ver con la termodinámica, con que la entropía siempre aumenta, con la expansión del Universo, etc. En algunos modelos de Universo cíclico, el Universo arranca con un Big Bang, se expande, hasta que finalmente la gravedad causada por la materia que contiene al Universo logra frenar la expansión y revertir el proceso. Ese Universo colapsa, terminando en una singularidad, el Big Crunch, o el Punto Omega (siendo el Big Bang el Punto Alfa). No hay evidencia física dura de que ese sea el destino de nuestro Universo, es solamente un modelo, una hipótesis. Lo que alimenta la ciencia ficción son las concepciones sobre qué pasaría en el instante en que el Universo empieza a contraerse. ¿Se da vuelta la flecha del tiempo? Es decir: ¿A partir de ese instante todo empieza a ir hacia atrás? Es una pregunta interesante que podríamos abordar desde la física. Pero hoy hasta ahí llegó la ciencia. Se los dejo planteado y al que le interese que averigüe, o tal vez en algún momento empiece a escribir algo al respecto.

Pero hoy nos convoca esta linda canción. Es una perspectiva distinta de lo mismo. El escenario es exactamente ese, el Universo va hacia atrás, todo va hacia atrás. Pero es una linda vuelta de tuerca sobre relaciones rotas. La letra dice:

I’ll give you each love letter back
We’ll laugh before every joke is told
We’ll pose after every photograph
Has been removed from the negative

With every smile we lose a line
Watch the stars fall back into the sky
Cork the wine
Unbake a cake
Take the dog back to the RSPCA

But I don’t mind losing you this time

I’ll meet you coming backwards
I’ll meet you coming back
When the universe has expanded
Time will contract
You’ll come back
I’ll meet you coming backwards
Next time

We make-up start an argument
Tears crawl back into your…
I turn from a friend
Of your friend
Unintroduced
Forget your name forevermore

But I don’t mind losing you this time

I’ll meet you coming backwards…
Yes I’ll meet you coming back
But we move forwards
Into emptiness
Into the void
Into the universe

We’ll part as happy strangers
From a long friendship
That grew from
Such a love

We’ll part as happy strangers from a long friendship that grew from such a love. Por un lado me pega como una imagen cuasi-feliz, por el otro cuasi-nostálgica. Me pareció una de las mejores conjunciones de «poesía» y «ñoñez» de las que me crucé en los últimos tiempos. Suspenda todo raciocinio por un tiempo e imagínese si efectivamente fuera a pasar así. Si esto fuera real. Si efectivamente pasara por el trago amargo de la ruptura para después vivir todo con intensidad y simplemente terminar desapareciendo tranquilamente en el horizonte del otro. Qué flash.

Un año en transición

El último disco de Pink Floyd, hasta hace poco, era The Division Bell. El último tema, High Hopes (un tema increíble, que cada vez que veo PULSE, entre la música y ese solo tremendo de Gilmour y las imágenes, se me eriza la piel un 400%). Y la última línea del último tema del último disco de High Hopes era «forever and ever». Y por algún motivo me parecía increíblemente acertado, apropiado, justo, casi cósmico y perfecto que así fuera. Pink Floyd, forever and ever.

Y de repente anuncian disco nuevo. Que van a usar cosas viejas, regrabar cosas nuevas, que casi todo instrumental. Y pensé que si era todo instrumental, forever and ever iba a seguir siendo forever and ever. Pero no, iba a haber un tema cantado. Entonces, qué iba a reemplazar forever and ever como la última cosa cantada en el último tema del último disco de Pink Floyd? (sí, sí, ya sé que uno puede gastar ciclos de pensamientos en cosas totalmente intrascendentes, pero no es que pensaba en esto todo el tiempo, solo era algo que me generaba curiosidad).

Pensé que nada iba a convencerme del todo. Y resulta que es louder than words. Louder than words. De hecho hacia el final tira

The sum of our parts
The beat of our hearts
Is louder than words
Louder than words

Louder than words
This thing they call soul
Is there with a pulse
Louder than words
Louder than words

Y saben qué? Me pareció perfecto. Increíblemente fitting. Ahora que lo pienso, «forever and ever» suena a algo casi afuera del tiempo, fijo tal cual es y para siempre. Y está bueno sacudir un poco las cosas. Ahora lo sé.

Es casi inevitable, llegado un fin de año, no hacer una especie de balance. Y el 2014 fue, sin lugar a dudas, uno de los años que más se sacudieron las cosas. Tal vez no cataclísmicamente, en algunos aspectos fue casi a modo de fractura, en otros fue un movimiento casi imperceptible y constante. Y ahora heme aquí, habiendo terminado el año en un lugar tan pero tan distinto de dónde lo había empezado. Hace poco tiempo escribí un post sobre lo interesante que sería vivir en un mundo en transición, un mundo en el que de repente se descubran cosas nuevas que modifiquen radicalmente nuestra visión del mundo. El otro día lo releí. Creo ahora que claramente estaba hablando de mi necesidad de estar en transición y me resultó evidente que uno a veces tiene necesidad o ansias de ciertas cosas y las termina expresando como puede. La verdad es que no se necesita que vengan los extraterrestres o que toda la física de la historia del mundo esté mal o que se descubran universos paralelos para vivir en un mundo en transición. No se necesita que el mundo cambie para uno sentir cosas nuevas. Es simplemente cuestión de estar uno mismo en transición. Ahora lo sé. Cuando en un mismo año lo personal, lo laboral y casi todos los aspectos de la vida de uno se mueven para todos lados, se siente un poco de desconcierto y algo de miedo, indudablemente. Pero la sensación de satisfacción que genera el hecho de que las cosas hagan «click» es mayor que cualquier otra. Nada mejor que tener muchos y variados proyectos. Y obviamente, concretarlos. El más bizarro tiene que ver con llevar la difusión de las cosas ñoñas de este blog (solo las ñoño-científico-nerd, todas las otras más contemplativas y reflexivas seguirán acá desde el anonimato) al recontra super next-level. Irían a ver una obra de teatro sobre los descubrimientos científicos más grandes de la historia? Y si escribo el guión? Y si encima actúo? Je… un año en transición.

Carpe diem

Kinda late yet again. And yet, here I am. Me quedé pensando en lo último que escribí. Lo releí y pienso que lo podría haber escrito mejor. Supongo que es el trade off de estar in the mood. Las cosas fluyen, y al escribir como fluye se pierde «elegancia». Podría haber releído, retocado, arreglado, etc. Pero no. Creo que mejor es así.

Es extraño, releí varios posts viejos, y es increíble cómo encuentro una especie de hilo conductor. No entre TODOS, porque hay varios que realmente no tienen nada que ver. Sin embargo, algunos que en apariencia no tienen relación alguna, están conectados, aunque a veces el vínculo sea un poco obscuro. Por ejemplo, releí uno que escribí hace poco, «ad interim». Y releí el último. Y releí un par más. Y a pesar de que están separados por meses (y algunos, años), queda claro que comparten un leitmotiv. Un leitmotiv de este blog son los procesos. Probablemente sea «el» leitmotiv. Nada es lo que es «as is»; siempre está metido, de una forma o de otra, una imagen o cuestión dinámica. Siempre está, de una u otra manera, metido el tiempo. Ya sea sobre cómo van a evolucionar las estrellas, cómo se formó la tierra, el origen de la vida. Pero no solo eso. De «ad interim» se desprende, de algún modo, el efecto negativo de estar evaluando «el futuro» a cuestas de vivir el presente. Arturito lo dijo mejor que yo: «Por eso la mayoría de los hombres, cuando al final vuelvan la vista atrás, descubrirán que han vivido toda su vida ad interim [de forma provisional] y se sorprenderán de ver que aquello que dejaron pasar de largo sin advertirlo ni disfrutarlo era precisamente su vida, justo aquello que pasaron la vida esperando.»

«Un puñado de nombres» claramente trata sobre el pasado. Hace poco leí en algún lugar una de esas frases que pretenden explicarlo y arreglarlo todo con pocas palabras. Decía que «ansiedad» era exceso de futuro y «depresión» es exceso de pasado. Es simpático y elegante, pero para mí hay mucho más que eso. Quién dijo que no se puede deprimir por el futuro, o sentirse ansioso por algo del pasado? Pero más allá de eso, creo que así como antes dije que una fuente de problemas para la gente es el tema del protagonismo (serlo de la vida de nadie, de la propia, de la de todos), el presente es un problema a veces también. Y de esto me declaro culpable (y del problema anterior del protagonismo, también). Qué dificil que es a veces no hacer un quilombo con lo que fue y con lo que será. No debería serlo, realmente. Este es un ejemplo de esas en los cuales las personas mismas tienen (tenemos) la capacidad de perjudicarnos por no poder evaluar el presente. La circunstancia actual. La situación en la que uno está parado HOY. Mierda si he pecado de que se me nublara la cabeza y casi haber pateado el tablero por haber mezclado pasado, presente y futuro. En algún punto lo hacemos todos. A veces arrastramos con demasiado pasado, no le ponemos moño a las cosas y traemos esa mochila al presente. Pasa con el trabajo, pasa con la familia, y muy marcadamente pasa con las relaciones entre las personas. Lo mismo para adelante. Y si no funciona? Y si me echan? Y si no me dan el aumento? Y si me deja por otro/a? Y si me… basta. Uno se ataca con eso y termina en la profecía autocumplida. Las materias de mierda, la familia de mierda, el trabajo de mierda, los amigos de mierda, la pareja de mierda, siempre se puede encontrar la forma de ver el presente como una cagada (siempre, en general, delegando la culpa afuera, otra costumbre homo sapiens), y ahí es donde te refugiás en el pasado, o en el futuro, o ambas, o no sé. Ni ayer es mejor, ni mañana es mejor, porque ninguna de esas dos cosas existe. Queda hoy, que es el mañana de ayer, es lo único que hay. Queda hoy, lo único que importa, que con el tiempo formará parte de un proceso. Queda hoy. Ahora, que «quede hoy» no quiere decir «me cago en todo lo que vendrá». El siempre mal usado carpe diem. ¿Por qué mal usado? Voy a cultivarlo un poquito, querido lector. «Carpe diem» viene de un poema que escribió Horacio (No, no Horacio el verdulero de la esquina, este Horacio). El artículo de wikipedia en español, al menos al día de la fecha dice lo siguiente:

El adagio latino podría equivaler a sentencias en castellano como «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy» o «vive cada momento de tu vida como si fuese el último».

Es un tópico literario, o tema recurrente, en la literatura universal como exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado y a disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que es incierto. Cobra especial importancia en el Renacimiento, en el Barrocoy en el Romanticismo.

Este tópico respecto a las diferentes épocas literarias ha ido variando en la forma de entenderlo. Durante el periodo de la Edad Media era entendido como: «vive el momento porque vas a morir pronto». Posteriormente durante el Renacimiento, los ideales de belleza y perfección hicieron entenderlo de la siguiente forma: «vive el momento porque vas a envejecer pronto». Finalmente en la época Barroca este tema se volvió a interpretar de la misma forma que en la Edad Media, pero con bastante más intensidad en cuanto a la muerte.

Lo de que el adagio latino equivale a «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy», etc, no es cierto. De hecho lo que nos queda hoy es la deformación ultra pop, de la concepción de la Edad Media, es decir, «vive el momento porque vas a morir pronto», es decir, «dale, no la dejes pasar, la vida es corta» y que encuentra su máxima expresión idiota en YOLO, «you only live once». ERROR. La frase original de Horacio, que es Carpe diem quam minimum credula postero, originalmente tenía el sentido exactamente contrario al que se popularizó después. El texto, traducido al castellano, dice:

No busques el final que a ti o a mí nos tienen reservado los dioses (que por otra parte es sacrilegio saberlo), oh Leuconoé, y no te dediques a investigar los cálculos de los astrólogos babilonios. ¡Vale más sufrir lo que sea! Puede ser que Júpiter te conceda varios inviernos, o puede ser que éste, que ahora golpea al mar Tirreno contra las rocas de los acantilados, sea el último; pero tú has de ser sabia, y, mientras, filtra el vino y olvídate del breve tiempo que queda amparándote en la larga esperanza. Mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa: aprovecha el día de hoy, y no pongas de ninguna manera tu fe ni tu esperanza en el día de mañana.

En realidad se pueden conseguir varias traducciones ligeramente distintas, pero el concepto es que no hay que confiarse en el mañana. No es que «hay que vivir ignorándolo», si no que hay que vivir hoy de manera de garantizar un mañana. Que creo que es lo contrario a lo que hace alguien que grita YOLO cuando hace las cosas que hace (hay cientos de videos de gente de cuestionable IQ haciendo cosas que hacen peligrar su propia supervivencia bajo los slogan Carpe Diem, YOLO, y similar). Y esta «interpretación» no es idea mía. Si no me cree, busque. Por lo tanto, yo a la frase completa más que un «aprovecha el día» la veo más como un «construye un mañana». Qué es construir el mañana? Olvidarse del ayer, plantarse en el hoy, y hacer las cosas lo mejor posible para que el mañana no te angustie, porque va a ser el mejor mañana que pudiste construir hoy. Y eso, es lo mejor que tengo para decir hoy. Me despido con esta canción, que siempre me gustó, me pega por el lado nostálgico cada vez que la escucho, pero ahora no me puedo sacar de la cabeza.